El Cartagena goleaba en un partido casi perfecto de los hombres de Munúa. Hacía mucho que no se veía en el electrónico un marcador así. Santi Jara destrozaba a la defensa ibicenca por la derecha Santi Jara destrozaba a la defensa ibicenca por la derecha. Jesús Álvaro, por la izquierda. Gritos de "olé, olé" entre una afición que terminaba haciendo la ola.

Se prometía espectáculo en el Cartagonova con dos equipos que habían apostado fuerte por estar arriba. Era el post derbi, el partido en el que volvía Chavero, la vuela a la titularidad de Julio Gracia y Óscar Ramírez. Un Cartagena- Ibiza merecía una exhibición de talento, y no decepcionaba a nadie.

El FC Cartagena tardaba en engancharse al partido. Veinticinco minutos donde el juego fue espeso, en los que el centro del campo entraba en escena en un intercambio de golpes con el Ibiza. Las áreas estaban desoladas. Pero poco a poco el equipo se calentaba. Iba entrando en ebullición. Y una vez estaba a la temperatura óptima, empezaba la fiesta. Pasada la media hora de juego, el apertivo a lo que venía después era un remate de Aketexe con la testa. Se marchaba fuera por muy poco. El Cartagena daba el aviso para, cinco minutos más tarde, Santi Jara dar la primera estocada. El extremo recibía un pase de Jesús Álvaro desde la izquierda, controlaba y, con un tiro potente que se estrellaba primero en el larguero, adelantaba a los locales. Se abría la lata y, con ese tanto, los de Munúa se liberaron de las ataduras de los primeros minutos y empezaba el baile. Moyita se gustaba, Julio Gracia, invisible en el primer tramo del partido, empezaba a tener más protagonismo, Santi Jara era un puñal por la derecha y Jesús Álvaro sorprendía llegando desde atrás. Así llegaba el segundo gol. Aketxe aguantaba el esférico y en una de esas subidas del lateral que levantan al público de su asiento, solo tenía que empujar el balón servido por el delantero vasco para desatar la euforia en el Cartagonova. Al descanso, todo el mundo en pie. Ovación merecida.

La segunda parte empezaba de forma inmejorable. Dos minutos después del reinicio del partido, Moyita, que cada jornada demuestra por qué un equipo de Segunda se fijó en él, disparaba raso y sumaba el 3-0 al marcador. Pero había jugadores que querían que su nombre también quedara escrito en el partido. Era el caso de Aketxe, incansable en la primera mitad y certero en la segunda. Ayala metía un pase de 60 metros a la espalda de la defensa, zona por la que aparecía Jesús Álvaro para ponerle en bandeja de plata el gol al delantero vasco.

Pero si pensaban que el Cartagena se iba a conformar con cuatro goles, se equivocaban. Se retiraba del campo Aketxe, entraba Rubén Cruz. Y en el primer balón que tocaba el andaluz, un remate a la salida de un córner, llegaba el quinto. Y no hay 5 sin 6. Santi Jara, desde el balcón del área, cargaba la pierna y hacía un auténtico golazo en el minuto 73.

Desde ese momento, hasta el final, solo había que dejar que pasase el tiempo. Y así fue. Resultado inolvidable. Seis goles que van a quedar en la memoria de una afición que, esta vez sí, disfrutaba en casa de un espectáculo inigualable.