Fueron cientos de matices y de detalles los que marcaron ayer el gran derbi regional en el que el Cartagena se llevó una prestigiosa victoria de una Nueva Condomina que se quedó, lógicamente, muy triste, todo lo contrario que los 2.500 seguidores albinegros que regresaron a casa con una felicidad exultante.

Si hay que resaltar un par de detalles del choque de ayer, quitando lo estrictamente deportivo y que 14.157 espectadores representaron una cifra a priori 'pobre' para lo que se esperaba en los cálculos iniciales, fueron que una brecha 'torpe' que no había manera de cerrar en la cabeza de Dani Aquino y el 'odio' que se juraron ayer de por vida la afición grana y Elady Zorrilla quedarán para siempre en la historia de la cita más esperada del fútbol regional.

Al margen del buen ambiente, solo estropeado de manera puntual por un desalmado que lanzó una piedra al autocar del Cartagena, los decibelios de Nueva Condomina subieron de manera importante cuando Gustavo Munúa, el entrenador del Cartagena, decidió retirar del campo al exgrana Elady Zorrilla en el minuto 62, quien no se conformó con llevarse todo tipo de insultos desde la grada y dejar ahí el asunto tranquilo, puesto que, ni corto ni perezoso, el extremo de Jaén se llevó las manos a sus partes nobles en un gesto que provocó, entonces sí, una furia contra el exgrana que de manera oficial ya lo han convertido en persona 'non grata' en el coliseo murcianista. Elady ayer no tuvo su mejor día desde luego, pero se convirtió en el centro de las iras de la parroquia local a pesar de que en el once titular albinegro también estaban Pedro Orfila y Santi Jara, dos jugadores que decidieron, al igual que Elady, cambiar Nueva Condomina por el Cartagonova.

El otro 'asuntillo' que también sacó a más de uno de sus casillas llegó en el minuto 78, cuando el Cartagena anotó el tanto del empate mientras que el Murcia estaba con diez sobre el campo porque Dani Aquino estaba siendo atendido por una herida en su cabeza que sangraba. El mazazo del primer tanto visitante con el mejor jugador de los granas fuera del campo provocó opiniones de todos los tipos. El primer arreglo que se le realizó a Aquino no convenció al cuarto árbitro, quien seguía viendo sangre en la cabeza de un jugador al que habría sido más sencillo vendarle la cabeza de manera más o menos ortodoxa antes de quedarse con uno menos en el momento de mayor ímpetu de los cartageneristas. Cuando la brecha de la cabeza de Aquino ya no sangraba, entonces el colegiado decidió esperarse otros dos minutos que se hicieron eternos para permitir el regreso al campo del autor del único gol grana, aunque fuera desde el punto de penalti.

En el apartado institucional, el palco de Nueva Condomina, como en casi todos los derbis, acogió a mucha más gente de lo habitual, entre los que se encontraban muchos más políticos que de costumbre. De hecho, el partido estuvo presidido por el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, quien tuvo a un lado al nuevo presidente del Murcia, José María Almela, y a su homólogo del Cartagena, Paco Belmonte. Diego Conesa, el Delegado del Gobierno, también estuvo en la primera fila de autoridades en una jornada que dejó un palco con caras muy conocidas. Miguel Sánchez, de Ciudadanos, o la consejera de Deportes, Adela Martínez Cachá, fueron algunas de las caras que ayer se vieron y que no son habituales en la zona VIP de Nueva Condomina. Tampoco faltó el Alcalde Ballesta, quien con la llegada del nuevo consejo grana parece dispuesto a ser más flexible que con los anteriores propietarios. Los consejeros Patricio Valverde y Pedro Rivera, además de varios diputados de casi todos los partidos políticos, no quisieron perderse una cita a la que curiosamente faltaron las dos candidatas a la alcaldía de Cartagena, la socialista y actual regidora, Ana Belén Castejón, y la consejera Noelia Arroyo, una gran aficionada del Cartagena que ayer optó, como su rival para el mejor sillón del consistorio cartagenero, por no pasar frío apostando por otros planes igual de respetables para la jornada del domingo.

La nueva directiva del Real Murcia está trabajando a destajo para solucionar los graves problemas económicos que tiene la centenaria entidad, pero alguien tendrá que pararse un segundo a pensar que, si los jugadores no tienen la confianza que necesitan, las victorias van a ser cada vez más difíciles.