El Olímpico de Totana se impuso ayer ante el Huércal-Overa por la mínima en un partido en el que reinó el miedo por parte de los dos equipos hasta el suspiro final.

Fue un choque descafeinado de principio a fin, en el que no jugaron dos habituales del Olímpico como son Cheles y Omar, que cumple sanción tras ser expulsado ante el Pulpileño la pasada jornada. Los dos equipos hicieron notar su miedo a perder y descender en una clasificación en la que ambos conjuntos se encontraban asentados en la zona media. Así las cosas, el único sobresalto destacable de una primera parte sin faltas por parte de ninguno de los dos equipos, fue el gol anulado al los locales por claro fuera de juego.

A la salida de vestuarios, el panorama no cambió en absoluto: juego aburrido, poca intensidad y monotonía durante otros 45 minutos más de partido. Así fue hasta que, en el minuto 90, una falta colgada desde el centro del campo sin peligro aparente del cuadro totanero rematada por Esteban en el segundo palo se convirtió en el primer y último gol del partido, que le daba la victoria a la escuadra local en lo que suponía el primer lanzamiento entre los tres palos de todo el encuentro.

Así las cosas, en un partido donde todas las tarjetas han sido por protestar y ninguna por falta clara, el Olímpico se lleva los tres puntos y se asienta como equipo invencible en su feudo, ya que ha ganado los cinco partidos disputados como local esta campaña. Por su parte, este resultado deja al Huércal-Overa en mitad de tabla y a cuatro puntos de la zona de play-off.