Los distintos finales de liga a los que se enfrentaron el Real Murcia y el FC Cartagena han marcado el camino a seguir para ambos este verano. Mientras que el conjunto grana supo a las puertas de junio que debería confeccionar otro equipo en Segunda B para el regreso al fútbol profesional -cuando cayó con el Elche en el Martínez Valero en la primera ronda por el ascenso- , el FC Cartagena remó hasta morir en la orilla con el desenlace de la última eliminatoria ante el Extremadura tras el duro golpe vivido frente al Rayo Majadahonda.

Así pues, desde las oficinas murcianistas contaron con todo un mes para poder adelantar trabajo y llegar con los deberes hechos a la pretemporada. En apenas quince días se han incorporado a la plantilla hasta doce caras nuevas y el Murcia decidió arrancar la preparación veraniega una semana antes que el resto de sus rivales para medirse al Sevilla en el amistoso disputado el pasado martes en Campoamor (0-2). Un ensayo que no dejó grandes pinceladas sobre el planteamiento de Manolo Herrero, técnico grana, pero sí buenas sensaciones que los jugadores tratarán de confirmar el miércoles ante el Muleño a las 21.00 horas en el Municipal de Mula. Un amistoso donde se espera ver a un equipo mucho más rodado y con más entrenamientos a sus espaldas ante un rival de Tercera División.

La puerta de salida no está del todo cerrada en Nueva Condomina, mientras que todavía faltan por llegar entre cuatro y cinco fichajes más para apuntalar la plantilla, según han informado desde el club en los últimos días. Por lo que, en principio, los granas afrontarán la primera jornada de liga -tras disputar los nueve amistosos fijados para las próximas semanas- con casi todo preparado para iniciar un nuevo curso.

Una situación bien distinta a la del FC Cartagena. Gustavo Munúa, lo que originó que toda la maquinaria en el club empezara a funcionar con días de retraso. El entrenador no quiere prisas, tanto es así que el club ha decidido suspender el primer amistoso que tenía previsto jugar el miércoles ante el Orihuela para que los jugadores tengan más tiempo de ir adaptándose a los entrenamientos, a la manera de ver el fútbol del técnico y a todo tipo de cuestiones técnico-tácticas que el uruguayo desea aplicar.

Habrá que esperar hasta el sábado, 28 de julio, para ver en acción a los jugadores del bloque albinegro en un amistoso. Será, por tanto, una semana después de haber empezado la pretemporada cuando la afición sepa qué cartas tiene este Cartagena para empezar su primera mano. Está entre su decálogo que es necesario que la plantilla crea en lo que está haciendo, por lo que no es flor de un día llegar a lograrlo, más si cabe cuando ahora el aspecto físico cobra más protagonismo que cualquier otro en la pretemporada.

El Cartagena necesita más margen para que el equipo empiece a coger el engranaje que desea. Munúa ha pedido calidad en las próximas incorporaciones, así que es probable que no veamos a lo largo de los próximos días demasiados fichajes porque tratarán de hilar lo más fino posible. El uruguayo, tras las contrataciones de Sergio Ayala, Antonio López, Fito Miranda y Santi Jara antes de su llegada, quiere que en su plantilla solo haya jugadores de peso, nada de relleno como decía el propio director general de la entidad, Manolo Sánchez Breis. Es, por tanto, previsible que las negociaciones se alarguen, o incluso que se espere a que los equipos de Segunda descarten a jugadores.