El partido frente al Elche del pasado domingo acabó en disgusto para la afición del Real Murcia. El 0-1 final dejó un mal sabor de boca, aunque con el paso de los días, el murcianismo se ha ido confiando en que la remontada en el Martínez Valero es posible. Lo único positivo del partido de ida, donde ni Salmerón ni los jugadores respondieron como se esperaba sobre el césped, fue la recaudación conseguida por la entidad. Con las entradas vendidas en las taquillas de Nueva Condomina, el Real Murcia ha percidido una cantidad que supera en poco los 140.000 euros, a esa cifra habría que sumar los cerca de 30.000 euros que se ingresaron con las localidades visitantes, aunque esa suma no podrá ser utilizada por el consejo de administración grana al ser requerida directamente por la Agencia Tributaria a los responsables del Elche, que fueron los encargados de vender dicho paquete de entradas.

Con dinero fresco en las arcas del club, algo poco habitual en una entidad en la que los gastos y las deudas siempre superan a los ingresos, Víctor Gálvez puede coger un poco de oxígeno para ir abonando los pagos más urgentes, que son muchos. El presidente grana, que desde que apareció en Nueva Condomina había hecho frente al abono de tres mensualidades a la primera plantilla, pedía paciencia al personal deportivo y no deportivo del club en las últimas semanas, indicando incluso que hasta pasado el 31 de mayo no podría hacer nuevos pagos.

Por ello, y para asegurarse que las taquillas de los encuentros de play off fueran embargadas por Hacienda, tanto los futbolistas del primer equipo y del filial como el resto de empleados acudían a Nueva Condomina con un notario para pignorar el dinero que se consiguiese con la venta de entradas, asegurándose así que iría a sus bolsillos. De hecho, la Agencia Tributaria y algunos acreedores ya habían acudido al juzgado para echar el candado a lo recaudado en el primer choque de la fase de ascenso, aunque en estos casos si los trabajadores pignoran esos posibles ingresos, siempre tienen prioridad.

Así, los algo más de 140.000 euros recaudados en el choque contra el Elche tienen que ir directamente al pago de las nóminas pendientes del personal del Real Murcia, aunque cuatro días después del encuentro, la entidad todavía no ha transferido ningún pago a la plantilla entrenada por José María Salmerón ni a los trabajadores de las oficinas, cuya situación es la más grave de todas, ya que el club les adeuda cuatro mensualidades. Los que sí han podido recibir un pequeño pellizco después de casi una temporada entera sufriendo incumplimientos por parte de los distintos gestores que han pasado por Nueva Condomina han sido los integrantes del Imperial. Según afirmaba Toni Hernández, gerente de la entidad grana, en distintos medios de comunicación, los jugadores del filial han percibido dos nóminas. El valenciano también indicaba que en los próximos días se seguirán realizando más pagos.

Desde el pasado lunes tanto los empleados de las oficinas de Nueva Condomina como los jugadores del primer equipo están pendientes de que el club decida cómo repartirá una cantidad que no servirá para cubrir todos los pagos más inmediatos. Solo seguir vivos en el play off permitiría al Real Murcia seguir sobreviviendo de taquilla en taquilla. De lo contrario Víctor Gálvez, que ha pasado de presumir de chequera a frenar en seco sus aportaciones, siendo incapaz de explicar a los jugadores cómo va a pagarles los retrasos, tendrá que demostrar su verdadero potencial económico antes del 30 de junio, día en el que el Real Murcia deberá que estar al día con su plantilla para evitar problemas por las denuncias ante la AFE.