El UCAM se encontró ayer con una victoria que no esperaba o, al menos, que no estaba nada cerca a falta de dos minutos para el final. El conjunto universitario, que hasta entonces no había tenido ningún acercamiento peligroso al área rival, sacó petróleo de su único lanzamiento a puerta gracias al olfato de Alberto Quiles. El delantero recibió el balón de Isi Ros, recortó a su defensor y fusiló al portero para romper un empate que quizá, por lo visto sobre el terreno de juego, hubiera sido el resultado más justo.

Y es que el UCAM no estuvo cómodo en ningún momento en Huelva. Los universitarios no pararon de achicar agua en todas sus líneas y el Recreativo intentó llevar todo el peso del partido para que el triunfo no se escapara de casa. Una misión fallida por el acierto de Quiles, quien fue el mejor estudiante en una parcela ofensiva que ayer se abonó a la ley del mínimo esfuerzo. El UCAM no estuvo fino en campo contrario, ni siquiera intentó morder, y tampoco pudo frenar las internadas del Decano en los primeros cuarenta y cinco minutos.

El choque estuvo cargado de interrupciones en su inicio que cortaron el ritmo de juego y que provocaron un partido soporífero con dos equipos con el freno de mano puesto cada vez que tenían el balón en su poder. Traoré, al recibir un pelotazo en la cara, y el visitante Víctor García, por un codazo de Nuñez en un salto, fueron los jugadores que tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos al inicio. Aunque poco después regresaron al terreno de juego sin mayores problemas. Entre tanto, un par de acercamientos por cada bando que acabaron en varios saques de esquina sin peligro para las defensas.

No obstante, el Recreativo fue el primero en enseñar lo dientes con una disparo a la media vuelta que no logró contactar Boris y que se estrelló en un defensa del UCAM. Esa ocasión abrió un periodo en el que los de Lluís Planagumá lo pasaron realmente mal y el propio delantero envió un cabezazo al larguero en el minuto 34 al rematar prácticamente sin marca desde la frontal del área pequeña. Además, unos segundos después, fue Traoré quien lo intentó por tercera vez consecutiva con un disparo que se marchó desviado. El UCAM, por su parte, ni siquiera tenía dientes en su dentadura para responder al Decano. A los universitarios le duraba poco el balón en sus pies y no pudieron probar los reflejos de Marc Martínez en ninguna ocasión.

El paso por vestuarios parecía que le había sentado un poquito mejor a los universitarios con su salida en el segundo tiempo. El UCAM trató de insistir algo más en campo contrario, pero poco a poco el guión volvió a ser el mismo que en el anterior periodo. Por eso Planagumá movió ficha rápidamente y dio entrada a Isi Ros y al delantero Quiles para buscar algo más de verticalidad. Los universitarios parecían despertar con otro saque de esquina cerrado y ejecutado por Víctor García, pero el efecto se pasó pronto. El Decano seguía encontrando la manera de sacar centros bombeados hacia la portería de Germán y parecía que el gol local estaba cada vez más cerca.

Las cosas se pusieron más difíciles cuando el central Rafa Páez tuvo que ser atendido por el cuerpo médico y después de que Góngora se hubiera convertido en el tercer cambio universitario, aunque el zaguero logró aguantar hasta el final pese a las molestias. Y, cuando parecía que ambos conjuntos iban a sacar la bandera blanca, llegó el tanto de Alberto Quiles en el minuto 88 al resolver a la perfección la única llegada con peligro de los universitarios.

El UCAM se encontró con tres puntos que defendió con todas sus fuerza en los minutos finales y tan solo la victoria del Écija ante el Villanovense impidió que los universitarios durmieran como líderes del grupo IV.