En un final agónico, el Cartagena sumó los primeros tres puntos de la temporada cuando la victoria se le escurría entre los dedos. Los albinegros se marcharon al descanso con un marcador favorable de 2-0, pero el Recreativo reaccionó en el segundo acto e igualó la contienda. Sin embargo, cuando los locales acababan de encajar el tanto de la igualada, apareció en escena un héroe al que se acostumbra a aplaudir la afición del Cartagonova. Isaac Aketxe, que ya había anotado el segundo tanto de los albinegros, anotó el gol que dio la primera victoria del curso a los de Monteagudo, y de paso hace olvidar el problema que condenó al equipo el curso pasado: la ausencia de un delantero enrachado.

Sobre el césped apareció un once de jugadores que, salvo Aketxe y Pau, realizaron la pretemporada al completo con el equipo albinegro, mientras que los últimos en llegar esperaron su oportunidad desde el banco. Aketxe, que a la postre sería uno de los protagonistas de la noche, dispuso de la primera ocasión cuando apenas transcurrían tres minutos de juego. El balón le cayó en el área, completamente solo, pero su disparo salió por el lateral. Acto seguido, el Recreativo pareció hacerse con los mandos del choque, con un cabezazo alto de Jonathan Vila y un fuerte derechazo de Antonio Domínguez que atrapó Pau. Nada más lejos de la realidad, los de Javier Casquero se diluyeron como un azucarillo a medida que transcurría la primera mitad.

A los diez minutos, el canario Cristo Martín inauguró el marcador de los cartageneristas en el presente curso. Óscar Ramírez, un incordio constante por la derecha, colocó un balón raso, delicioso para que Cristo solo tuviera que empujarlo. Tras unos minutos de tregua, los de Monteagudo asestaron el segundo golpe al contraataque. El Recreativo, que por entonces manejaba la posesión con mayor frecuencia, perdió un balón en el centro del campo. Cristo condujo un contragolpe de libro, de los que se enseñan en las escuelas de fútbol a niños. Cuando llegó a la frontal del área le cedió el esférico a Álvaro González y éste asistió de primeras a Aketxe, que puso el broche final a una jugada sensacional.

Los blanquiazules se quedaron totalmente desconcertados en ese punto del encuentro, y aún pudieron encajar un tercer tanto. Los nervios en la zaga, que cometía errores calamitosos cuando tenía el balón en su poder, permitieron a Chavero plantarse solo en el uno contra uno ante el portero. Sin embargo, el mediocentro cartagenerista eligió la opción más preciosista, la de la vaselina sobre el meta del Recreativo, y falló en la ejecución. El balón cayó manso a las manos de un aliviado Marc Martínez, que ya temía por la goleada que pudiera encajar.

El Cartagena demostraba una y otra vez su capacidad de llegar a la meta contraria con jugadas vertiginosas. Álvaro González recibió sobre la línea de cal un balón larguísimo, controló, levantó la cabeza y esperó la llegada de Aketxe. El bilbaíno se relamía con la oportunidad de anotar su segundo gol en su cuenta particular, se anticipó en el primer palo, pero su tiro no encontró la portería. En un calco de la acción del segundo gol pero con diferentes protagonistas, Óscar Ramírez irrumpió de nuevo por la derecha y buscó a Hugo, que apareció en el segundo palo para empujarla. Sin embargo, el lateral catalán imprimió al balón más fuerza de la necesaria y el ex del Mérida no llegó a tiempo.

Sin embargo, el paso por el vestuario no les sentó nada bien a los de Monteagudo. El entrenador del Recreativo, Javier Casquero, introdujo dos cambios en el intermedio, y de entrada le salió de maravilla. En una jugada por la izquierda, los albiazules aprovecharon una indecisión de la zaga y un disparo errado de Antonio Domínguez que se convirtió en una asistencia inesperada. Boris Garrós, el punta de los recreativistas, agradeció el pase y batió a Pau Torres. En los instantes posteriores persistió la desconcentración de los jugadores albinegros, que mentalmente aún no habían regresado del descanso.

A partir de ahí, el Cartagena no era ni mucho menos tan peligroso como en el primer acto. Tan solo incordiaron a los andaluces en un balón que se paseó por delante de la meta rival sin encontrar rematador y en una magnífica diagonal de Cristo con disparo final desviado. Poco después, el tinerfeño se enzarzó con Jonathan Vila en una pequeña trifulca que se saldó con la decisión salomónica de una tarjeta para cada uno.

Por su parte, Álvaro González seguía haciendo gala de sus condiciones de velocista. El pequeño extremo procedente del Villanovense sobrepasaba con facilidad en sus galopadas a cualquiera de sus marcadores. En una de esas, se lanzó el balón largo y en carrera sobrepasó a tres defensores visitantes, hasta que el último de ellos le detuvo y se ganó la tarjeta amarilla para evitar males mayores. Esa acción le valió Álvaro la ovación del Cartagonova cuando le sustituyó Gonzalo Poley.

Miguel Ángel Cordero, que había entrado al cuarto de hora del segundo tiempo, se anticipó en el primer palo en un saque de esquina, pero su cabezazo se marchó ligeramente desviado. Se vivía en el estadio esa calma que precede a la batalla. Con el marcador a favor, el Cartagena dejó rematar a Rafa de Vicente completamente solo en la frontal del área, y el mediocentro del Recreativo clavó el esférico justo pegado al poste de la portería de un Pau Torres que no pudo hacer nada para evitar el empate.

En esos instantes el Cartagena había tirado por la borda la excelente imagen del primer tiempo, pero para olvidar los temores apareció de nuevo Aketxe. El bilbaíno, completamente desatado, anotó su segundo gol de la noche y despertó la euforia en la grada con un cabezazo sencillamente espectacular a pase de Cristo Martín. En un nuevo contragolpe, el meta Marc Martínez evitó el hat-trick del ex atacante del Albacete, y el disparo posterior de Óscar Ramírez se fue al lateral de la red. Un cabezazo de Jonathan Vila fue el preludio del pitido final con el que el Cartagena consiguió sus tres primeros puntos del curso.