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Un giro brusco de la rodilla. Un chasquido audible. Y dolor, mucho dolor. Esas son las primeras sensaciones que acompañan a un deportista cuando su menisco dice basta. Y en el Real Murcia se están acostumbrando demasiado a ellas. Hasta cinco jugadores, el último Rubén Ramos, han tenido que pasar por el quirófano para someterse a una artroscopia y reconstruir su menisco dañado en lo que va de 2016. Sin embargo, esta lesión de rodilla no es la más temida. Ese ´privilegio´ lo tiene la temida triada, en la que a la rotura de la zona antes mencionada se suman la del ligamento cruzado anterior y la del ligamento lateral interno. Mientras que con la segunda, un futbolista puede despedirse de la competición durante unos siete u ocho meses; en la primera, el tiempo de recuperación se reduce a entre dos y tres meses.

Ese periodo es el que deberá superar el centrocampista Rubén Ramos, el último integrante de la plantilla grana que ha tenido que ser operado de una rotura del menisco. Tras la intervención del pasado 10 de octubre, el parte médico emitido por la entidad grana anunciaba que el madrileño estará entre seis y ocho semanas. Durante ese tiempo de soledad en el gimnasio y en el que los entrenamientos en grupo serán sustituidos por el trabajo junto al recuperador y a los fisioterapeutas, el getafense podrá contar con los consejos de Fernando Pumar, Jaume Sobregrau y Germán Sáenz, los otros tres integrantes de la plantilla que en este 2016 han tenido que pasar por el mismo proceso de recuperación.

Y es que, en este año, el menisco se ha convertido en el principal enemigo del Real Murcia. A mediados de enero fue la rodilla de Sobregrau, después de varias semanas de dolor, la que dijo basta; unos días después, los médicos darían una mala noticia a Fernando Pumar. Aunque en principio se había estimado un tiempo de baja de entre seis y ocho semanas, tras la artroscopia se aumentaron los plazos hasta las diez y doce semanas. El final liguero tampoco fue tranquilo en la enfermería. Sergi Guilló, ya fuera de la entidad grana, se lesionaba en el partido del play off frente al Toledo. Después de jugar varios encuentros con el menisco roto, la rodilla del futbolista no aguantó más, obligándole a pasar por el quirófano. El pasado fin de semana, el centrocampista, ahora en las filas del Linares, volvía a los terrenos de juego para jugar unos minutos. Este domingo, frente al Real Murcia, podría volver a tener otra oportunidad para seguir ganando confianza.

El cambio de temporada no ha hecho que la maldición abandone Nueva Condomina. El 23 de julio caía Germán Sáenz, que recibía el alta médica hace tres semanas y que jugaba unos minutos frente al Recreativo y ante el San Fernando; mientras que el 10 de octubre fue Rubén Ramos el que sufrió un importante revés por culpa del menisco. Cuando ya estaba prácticamente recuperado de un esguince de ligamento, un mal giro de su rodilla le llevaba al quirófano, dejándole otros dos meses fuera de la competición.

¿Por qué tantas lesiones de menisco? El doctor Juan José López, traumatólogo especialista en deporte y ex encargado de la parcela médica del Real Murcia, señala que esta dolencia «es muy habitual en los deportistas. De las lesiones de rodilla, es la más frecuente».

Según el murciano no suele haber una causa que justifique tantas lesiones en la misma zona. «No es verdad que esto pueda estar relacionado con una mala preparación física. Son lesiones fortuitas, en las que la pierna se queda clavada o en la que la rodilla sufre un giro brusco. Nos puede pasar a cualquiera, incluso caminando por la calle», indica en declaraciones a esta redacción, para añadir que lo que le está ocurriendo a los jugadores granas es simple «mala suerte». Según Juanjo López, tampoco hay una forma de «prevenir» este tipo de lesiones.