El Real Murcia juega esta tarde en el Polideportivo Municipal La Hoya, terreno habitual del FC Jumilla desde que ha retornado a competición nacional y donde el Real Murcia no conoce otro resultado que la victoria, tanto cuando se enfrentó al desaparecido Jumilla FC (victorias por 0-1 en la 1995-96, en 3ª división, con gol de Varela e igual tanteo y en la 2010-11, en 2ª , con gol de Chando), como cuando jugó ante el actual FC Jumilla (fundado en Julio de 2011), al que venció por 1-2 en la 2015-16 con Aira en el banquillo.

El Murcia vive, desde que la Liga profesional por orden y mandato de Tebas decidiera su descenso y destierro a 2ª B, una verdadera vorágine en el plano deportivo, en el que nunca se ha podido pergeñar la estabilidad necesaria que permitiera el asiento de una base competitiva, haciendo desde entonces que los técnicos tengan que asumir la plantilla que le puede tocar. Las dos últimas temporadas, dirigidas por Aira, han sido de nivel bajísimo en los futbolistas contratados, pese a lo cual aún actuando en grupos diferentes, I y IV, les han permitido jugar en ambas el play off (con igual puesto conseguido, el segundo), en el que -situación posiblemente lo más normal del mundo- cayeron a las primeras de cambio a manos de Hércules de Alicante y Toledo, que siguen purgando, como el Murcia, su permanencia los errores siempre repetidos. No es el Murcia el equipo potente de otras calendas, el que siempre, sobre todo en 2ª División, confeccionaba plantillas fuertes que le daban siempre como favorito. Incluso cuando el Murcia descendió a 2ª B, deportivamente hablando, la apuesta unilateral del entonces dueño Jesús Samper fue darle el mando a un semidesconocido por entonces Iñaki Alonso, al que le puso una plantilla que se paseó por la liga y ascendió a la primera, eso si con suerte en su choque directo contra el Lugo. Hoy, con un nuevo secretario técnico, Guillermo Fernández Romo, y con un nuevo entrenador, la plantilla configurada no parece como para apostar claramente por ser de las mejores del Grupo. Hoy, tanto en la Región como fuera, hay proyectos apoyados en capitales extranjeros (léase Marbella, el mismo Lorca o el Jumilla) con mayor poder adquisitivo que el grana. La temporada acaba de empezar y las urgencias no deberían marcar el presente del equipo, pero las derrotas ante el Villanovense y el Atlético Sanluqueño en Copa hacen que al menos haga dudar sobre las exigencias del ascenso que obligadamente será siempre una referencia del conjunto grana, cuya última victoria se consiguió contra los elementos. No solo el infierno que fue el jugar a las seis de la tarde en una de las tardes más bochornosas que uno recuerda, y sufrió, sino con la pérdida de dos futbolistas, Golobart y Rubén Ramos, de los de más calidad y que durante un tiempo no podrá contar con ellos.

El segundo duelo regional, frente al Jumilla, donde volverá a sufrir la asfixiante temperatura que sobre La Hoya reinará a las 18.30 horas, marcará el nivel de lo que se tiene para afrontar la temporada. Ambos vienen de ganar su último partido, aunque los locales suman dos victorias consecutivas, una precisamente en el terreno donde mordió el polvo el Murcia. En el banquillo está Lucas, un goleador, un ariete de los de postín cuando jugaba en el Celta y que tiene en Perona a su alter ego en el campo. Despues de desaparecer el italiano Nobile Capuani, el equipo formado este verano cuenta con más murcianos que todos los equipos de la Región: Jero, Robles, Manolo, Carlos Terol o Titi y con otros como el jerezano Bello o Julián Dominguez o Jorge Perona, sobre todo, son ya veteranos en formar en otros equipos conocidos en la comunidad, configurando un equipo que juega a gusto y se atreve con cualquier rival que se le ponga enfrente. El año pasado, el Murcia contó con una afición airosa y numerosa que esta vez no va a seguirla. Sera otro de los problemas de un equipo que deberá lograr que sus virtudes sobrepasen a sus defectos y que siempre -nos parece- tendrá que luchar, como la Armada invencible, contra los elementos y no contra los rivales.