El UCAM Murcia cayó víctima de su escasez de recursos, especialmente en el juego interior, ante un CAI Zaragoza compacto que, a pesar de todo, sufrió para llevarse el triunfo del Palacio (71-75) por la insistencia y las soluciones de urgencia que supo poner en juego el conjunto de Diego Ocampo para apurar sus opciones de llevarse el encuentro. La principal de ellas fue, como viene siendo habitual, un Sadiel Rojas que derrochó intensidad, esfuerzo y efectividad para poner un parche al problema de faltas que estaba teniendo Nemanja Radovic.

Y es que ayer se notó sobremanera la ausencia de Antelo: Gerard Lee es un cinco puro que se tuvo que alternar con Lima ante la total falta de confianza en un Arteaga que, sorprendentemente, no dispuso de minutos. Radovic se quedó frío y fuera de la rotación por faltas y hubo que tirar de soluciones poco 'naturales' para equilibrar el quinteto y dosificar al resto. Aún así, el UCAM se basó en el gran partido de hombres como el propio Rojas, Bamforth y Lima para sobrevivir hasta el final con opciones reales de llevarse el choque. Lo malo es que los locales no tenían margen de error, ya que además enfrente había un gran equipo como el CAI, que buscó siempre castigar la que era la más evidente debilidad murciana. Al final no quedó más que claudicar.

El comienzo del partido convino a los intereses del UCAM , ya que predominó el dinamismo en el juego y el ritmo rápido con posesiones cortas. Ocampo volvió a confiar de inicio en la pareja de exteriores formada por Cabezas y Bamforth, mientras que Radovic modificaba ligeramente su rol para asemejar su juego más a lo que hacía Antelo antes de su lesión. Sobre ese tapiz, el montenegrino se salió, aportando anotación al buen desempeño defensivo al que contribuía todo el equipo con piernas rápidas, atención a los cambios defensivos y, en general, la intensidad necesaria para venirse arriba de inicio (12-5).

El declive comenzó a raíz de que le fuera señalada la tercera falta personal a Radovic, que tuvo que irse al banco por un largo periodo de tiempo y desequilibró el quinteto murciano, con Rojas teniéndose que hacer cargo de la posición de ala-pívot y de la defensa de Landry. Zaragoza aprovechó su superioridad física e hizo disminuir la presión defensiva murciana a la vez que hacía valer sus opciones por dentro. Al final del primer cuarto el encuentro estaba equilibrado (19-19).

En el segundo el UCAM Murcia se dedicó a sobrevivir. Era muy difícil mantener el ritmo por dos motivos evidentes: el desequilibrio en el quinteto por la ausencia de hombres altos y la presión arbitral que los árbitros ejercían sobre la defensa murciana. El CAI Zaragoza trataba de distanciarse tocando las teclas adecuadas, con Katic, Landry y sobre todo Jelovac (letal desde la larga distancia) creando problemas al limitado esquema local, pero bien es ciarto que el UCAM jugó sus bazas de forma inteligente, alternando defensa en zona con individual y confiando en las posibilidades de Rojas y la pareja formada por Bamforth y Cabezas.

Funcionó Rojas multiplicando su esfuerzo de manera titánica para tapar las carencias de su equipo y funcionaron Cabezas y Bamforth, especialmente este último a la hora de sostener la anotación. Sumando las ayudas que por un lado y otro ofrecían hombres como Wood y Lima, el equipo de Ocampo llegó al descanso a tiro en el marcador (41-43), pero quedaba la mitad del partido por delante.

Radovic volvió a pista con el comienzo del tercer parcial, normalizando las posiciones y probablemente con la misión de tener cuidado en su defensa para que no le fuera señalada la cuarta falta personal antes de tiempo. No fue posible, porque con apenas un minutos transcurrido la cometió y tocó de nuevo remar contra los elementos, ahora con menos fuelle para afrontar la escasez de banquillo.

Jelovac y Goulding castigaban con insistencia el aro murciano a lo largo del tercer cuarto, momento en el que el CAI adquiría su mayor ventaja (46-54). Una vez más, el UCAM Murcia pudo capear el temporal gracias a Lima y Wood en la anotación y al respiro que otorgaba el trabajo de Rojas. Para afraontar el último periodo, la desventaja era manejable (53-58).

Era previsible que el último cuarto fuera un cara o cruz para los de Ocampo. O se quedaba la victoria en casa por alguna especie de esfuerzo épico o el partido acababa cayendo por su propio peso a favor del CAI. Lo único cierto es que el UCAM Murcia no tenía margen de error, menos aún cuando Lisch y Robinson castigaron oportunamente con triples demoledores (59-66). Respondieron Radovic y Lima para hacer a la afición creer en el milagro (63-66), pero entonces llegaron 3 pérdidas consecutivas que rentabilizó Landry con un triple letal (63-69) que prácticamente hizo al UCAM Murcia izar la bandera blanca. Los triples de Wood lleragon tarde, cuando el CAI ya administraba su ventaja con solvencia y acababa llevándose la victoria del Palacio de los Deportes.