No hace falta que volvamos a insistir en la necesidad que tiene el FC Cartagena de anotar goles. Lleva nueve en todo el campeonato y la crisis rematadora se ha convertido casi en ´cuestión de Estado´.

A esta mala racha contribuyen todos los delanteros con su ineficacia, al igual que en el buen hacer defensivo también tiene su parte de culpa todos los zagueros.

Antes de nada, hay que decir que en ataque hay un único jugador que se puede salvar de la quema, este es Collantes, quien con sus goles y trabajo parece haber rendido varios puntos por encima del resto. Pero especialmente hay dos casos sangrantes, que llaman la atención por el escasísimo rendimiento que vienen ofreciendo a lo largo de estas 16 jornadas disputadas. El primero es Iván Bolado, un joven jugador santanderino de 22 años, al que quizá le ha podido en exceso el peso de la responsabilidad de tener que hacer olvidar a todo un ´mito´ en este equipo en las dos últimas campañas, estamos hablando de Toché.

El exjugador del Racing de Santander es, junto a su compañero Salva Chamorro, uno de los atacantes residuales de este equipo que entrena y dirige Javi López. Y es que Bolado no convence ni en los entrenamientos a su preparador, hasta el punto de que ha desaparecido incluso de las convocatorias. En los cinco últimos encuentros no ha ido ni tan siquiera en la lista de 17 jugadores. Su última aparición en un partido fue en el derbi disputado el pasado 30 de octubre, cuando jugó los últimos 20 minutos de la contienda.

Con el actual técnico ha participado en siete encuentros y en dos jornadas lo hizo como titular –en la sexta y la séptima–. El preparador ya se ha olvidado de él para la segunda vuelta, y se le considera ya como un jugador ´transferible´, de ahí que el técnico no parece que quiera perder mucho más el tiempo con hacerle jugar más encuentros.

Es el caso de Bolado uno de los más significativos de esta temporada. Ya que de ser el delantero más importante en pretemporada, se convirtió casi desde el principio –recordemos que Paco López tampoco lo alineó como titular en las dos primeras jornadas– en carne de banquillo y no ha sabido asumir su puesto, de ahí que a día de hoy esté más lejos de continuar la segunda vuelta. Sus números –10 partidos jugados, cuatro como titular, 503 minutos y 2 goles– y su ausencia en el último mes dejan bien claro el fiasco en que se convirtió la decisión del presidente de contratar al futbolista.

Salva Chamorro es un caso similar, aunque sus continuas recaídas físicas nos han impedido ver si está o ha estado en algún momento en plena forma. Tras la segunda jornada se lesionó y no volvió hasta la duodécima, todo un mundo. Ha disputado 228 minutos y no ha visto portería aún. En la última jornada se volvió a quedar fuera por unas molestias, al igual que sucedía en la decimocuarta. Aunque podría haber dejado algunas pinceladas de su calidad, los problemas físicos se han convertido en un quebradero de cabeza tanto para él como para su entrenador, por lo que a día de hoy no es un jugador aprovechable. Y es que cuando más necesita el FC Cartagena a sus jugadores de ataque, menos son capaces éstos de dar la cara.

Si a esto añadimos que Asier Goiria, fijo en las alineaciones de Javi López, no ha marcado todavía un gol en la presente campaña, podremos observar que la crisis es muy grande y las soluciones miran, ineludiblemente, por el mercado de invierno, una apuesta arriesgada, aunque es la única posible en estos momentos, visto como está el panorama en esta plantilla.