Ver a José González secándose el sudor de la frente cuando el colegiado señalaba el final del encuentro y a los jugadores suplentes salir como meteoritos del banquillo para hacer una piña con los compañeros que habían sufrido sobre el terreno de juego resume a la perfección lo que ayer consiguió el Real Murcia en el Martínez Valero de Elche, que a partir de ahora, como hace Jorge Lorenzo con los circuitos donde consigue una victoria, pasará a ser territorio murcianista.

Gestos que explican el sufrimiento de unos jugadores que ayer sí dieron lo máximo, se volcaron en busca del gol, resurgieron tras el tanto ilicitano y respondieron a las expectativas para lograr un triunfo por el que se sufrió más de la cuenta debido a un fallo defensivo de Iñaki Bea que permitió al flanjiverde Perera empatar nada más comenzar la segunda parte y meter al Elche, que hasta el momento seguía llorando su derrota en Las Palmas, en el partido.

Pero si en la primera parte Aquino tuvo el premio a la insistencia, en la segunda el trofeo al más cabezón fue para Chando que, después de muchos fallos y algún encontronado con Willy Caballero, no desaprovechó ante la pasividad de la defensa local, que reclamaba fuera de juego, un balón dentro del área para poner el 1-2 y devolver la ilusión a los miles de seguidores murcianistas.

La constatación del Real Murcia como candidato a lograr la permanencia después de dos victorias seguidas se vivió desde el primer momento del encuentro. Para los granas es un alivio jugarse la salvación lejos de Nueva Condomina, porque es fuera de casa donde más cómodos se sienten y mejor practican su estilo de fútbol.

Ante un rival que se jugaba poco o nada, los de José González no tardaron en acomodarse, como cualquiera de ustedes lo hacen en el salón de su casa, en el césped del estadio ilicitano. Mientras que en defensa controlaban a Molina y en el centro del campo frenaban a Acciari y Generelo; Capdevila, por la izquierda, y Albiol, por la derecha, esperaban un balón para iniciar la desbandada. Para ello contaron con la inestimable colaboración de Dani Aquino, el mejor de los granas en la primera parte, y Chando.

Tras unos quince minutos iniciales igualados, sin dominio en el centro del campo, y con Trejo como gran peligro del Elche, el Real Murcia asumió responsabilidades y empezó a buscar a sus jugadores de ataque, disputando sus mejores momentos.

Chando, en el 26, dispuso de una clarísima ocasión, pero el mallorquín, tras caracolear a un rival y quedarse solo ante Willy Caballero, no supo definir y disparó al cuerpo del meta local.

Lo que no supo hacer Chando lo realizó a la perfección Dani Aquino, que ayer dejó su papel de villano para convertirse con un gran gol en el héroe del Murcia.

El canterano, que durante toda la primera parte había jugado con fuego con el fuera de juego, empezó a sacar rendimiento a su posición, pudiendo conseguir el segundo en el minuto 40, pero esta vez su disparo se marchó pegado al palo.

Todo parecía encarrilado, sobre todo viendo como el Elche dormitaba sobre el terreno de juego, no siendo capaz de crear una ocasión de gol en toda la primera parte, gracias en parte al gran trabajo defensivo de Mejía en el centro del campo y de un Bruno que ayer sí fue la guía que los granas necesitan.

El jerezano se entendió a la perfección con Aquino y Chando, formando un tridente que puso en muchos aprietos a una defensa ilicitana sin tensión.

Pero todo el trabajo realizado en la primera parte se fue al traste en tres minutos del segundo período. Con la mente todavía en el vestuario, Iñaki Bea no supo despejar un balón que cayó entre sus piernas, dando todas las facilidades a Perera, quien, al contrario que los granas, sólo necesitó una para poner el empate y meter a los suyos en el partido.

La desesperación invadió al Murcia durante unos minutos, en los que sufrió como se diría en el ciclismo una pájara, pero la necesidad pudo más que el pesimismo y el Murcia volvió a mandar. Natalio, que sustituyó a Aquino, no marcó la que tuvo, pero sí se manejó dentro del área para, ante la pasividad defensiva del Elche, dejar el balón en bandeja a Chando, que batió a Caballero.

De ahí al final muchos nervios, sufrimiento que al final valió la pena y el Murcia se acerca un poco más a la salvación.