Pintura

La centenaria silla de Gaya protagoniza el cumpleaños del pintor (y su museo)

El espacio de Santa Catalina celebra la efeméride con una exposición colectiva en torno a la primera obra del añorado pintor murciano

La muestra por el centenario de ‘La silla’ fue inaugurada ayer. | JUAN CARLOS CAVAL

La muestra por el centenario de ‘La silla’ fue inaugurada ayer. | JUAN CARLOS CAVAL / asier ganuza

Asier Ganuza

Asier Ganuza

El Museo Ramón Gaya se toma siempre muy en serio su aniversario. Fue un 10 de octubre –de 1990– cuando, como regalo de cumpleaños, el Ayuntamiento de Murcia permitió la inaguración, en un antiguo inmueble de la familia Palarea, de un espacio dedicado íntegramente a él, a su obra: a su exhibición y protección. Un espacio, en la Plaza de Santa Catalina, destinado a guardar las ingentes donaciones de cuadros que hizo en vida y que, a su muerte, continuó y continúa haciendo su viuda, Isabel Verdejo; de tal modo que hoy sea allí, en su soñado museo, donde se converva un amplio porcentaje de su producción.

Así pues, este es un día especial allí. Hoy Gaya hubiera cumplido 113 años y ‘El Gaya’ cumple 33. Además, el domingo se conmemorarán 18 de su muerte, con lo que casi es un obligación celebrar su vida (y su legado). Y cada año la tipología de esta ‘fiesta’ es diferente: se ha hecho teatro, danza y hasta recitales de poesía con sus viejos amigos (Pedro Soler, Eloy Sánchez Rosillo, Manuel Fernández-Delgado...), como cuando celebró 70 y le rindieron homenaje con una triple exposición en Chys, Zero y el Real Casino. Porque aunque Gaya fuera un genio polifacético y disfrutara también de otras artes –también fue un gran escritor–, no hay mejor forma de rendirle tributo que con pintura.

Por eso este martes el Gaya inauguró una exposición tremendamente significativa. Y es que en este 2023, además de las efemérides señaladas, también se cumple el primer centenario de La silla (1923), el primer cuadro que firmó el murciano, el primero que donó a su ciudad y, por tanto, el que abre la colección de su museo homónimo. Pero esta vez, esta pieza, sumamente simbólica, no está acompañada por otros lienzos de Gaya, sino de otro artistas –muchos de ellos amigos o, de algún modo, ‘herederos’– que, queriendo o sin quererlo, rindieron homenaje al maestro.

Así pues, en la Sala Velázquez se puede disfrutar ya de obras como la de Sofía Morales en la que ‘retrata’ a su mascota encima de un sillón, o las esculturas de Ángel Haro hechas con materiales de desecho y que remiten a su influencia del arte africano. También la de Vicente Viudes, que presenta una silla en un mimado jardín, y las sillas esquemáticas de Ricardo Escavy o Miguel Fructuoso. O la mujer de espaldas sentada en una silla de Antonio Montalvo; o una obra inédita de Ramón Pontones; o las sillas de Serna; o la de Rubén Zambudio... Aunque quizá, las más llamativas –junto la que dar origen a la muestra– son las del grabado de Francisco de Goya Ya tienen asiento, donde aparecen unas mujeres con sillas en la cabeza aludiendo de manera irónica a la expresión ‘sentar la cabeza’.

Además, desde el Gaya invitan a los visitantes a pasear por otras estancias del museo para buscar entre el resto de piezas de la exposición permanente otras sillas pintadas por el murciano, ya que se trata de un objeto muy recurrente en su trabajo. «Así, veremos desde sillas vanguardistas hasta otras más corrientes pintadas a lo largo de las diferentes etapas de su carrera», explican desde el centro, dirigido por el artista Rafael Fuster.

También cabe destacar que quienes asistieron este martes a la inauguración pudieron disfrutar de una silla adicional, la que presentaron los alumnos de la Cátedra de Composición del Conservatorio Superior de Música de Murcia. Y es que los alumnos del ‘Manuel Massotti Littel’ también han querido celebrar este centenario con una suite para trío de cuerda que hizo las delicias de los visitantes; muchos de ellos, amigos del pintor, que no le olvidan (como no lo hacían en vida). Larga vida a(l) Gaya.