Jazz San Javier

Jubilosa despedida del Jazz San Javier

La Anthony Paule Soul Orchestra puso este domingo el cierre a la vigésimo quinta edición del festival con un concierto con un par de invitados de lujo –los cantantes Terrie Odabi y The ‘Mr. Excitement’ Huff– y un ‘show’ que para el público fue como participar en una gran celebración de la alegría compartida, sin mensajes apocalípticos

La orquesta despidiéndose del público de San Javier.  | PEDRO SÁEZ

La orquesta despidiéndose del público de San Javier. | PEDRO SÁEZ / Ángel H. Sopena

La 25 edición del Jazz San Javier termina, y es momento de hacer balance. Sus responsables han conseguido armar una programación variada, alternando grandes nombres internacionales con una interesante selección de artistas españoles, desde figuras a jóvenes promesas, y además manteniendo una parte de su programación gratuita, acercando el jazz a todo aquel que quisiera escucharlo.

El cartel ha tenido una equilibrada y antológica programación, reuniendo nuevos nombres (Samara Joy, Paolo Fresu) y otros que ya pasaron por anteriores ediciones (Joe Louis Walker, Dianne Reeves, The Waterboys). Después de veinticinco años, Jazz San Javier forma parte del circuito internacional de festivales de jazz, asegurándose año tras año la presencia de figuras de primera línea combinadas con tacto y orden, de manera que múltiples tendencias tengan reflejo en la programación, y por ello se merece las felicitaciones.

La portentosa Terrie Odabi.  | PEDRO SÁEZ

El capitán del barco, el guitarrista Anthony Paule | PEDRO SÁEZ / Ángel H. Sopena

En un día donde casi todo podría haber parecido un anticlímax, en plena jornada electoral, lo cierto es que la actuación de la Anthony Paule Soul Orchestra, fundada en 2007 inspirada en los sonidos soul y blues de los sesenta y setenta, resultó un cierre perfecto, festivo, jubiloso. La banda californiana, elegida por Van Morrison para acompañarle en su próxima gira por Norteamérica, se esmeró imprimiendo a su directo un contenido equilibrado de sensibilidad y alta energía, con las voces de Terrie Odabi y un invitado de lujo: el cantante de Chicago Theo ‘Mr. Excitement’ Huff.

Enraizado en la tradición afroamericana, el sonido de la APSO ha traspasado fronteras, ha creado sus propios clásicos a lo largo de más de quince años de existencia en los que ha grabado seis álbumes, muchos de ellos con la colaboración del vocalista Wee Willie Walker, quien falleció repentinamente poco después de grabar el disco Not in my lifetime (2021).

La cantante Terrie Odabi, que había grabado un dueto con Wee Willie Walker, y que ya había colaborado con la banda, se ha sumado como vocalista oficial a la Orchestra. Aclamada por su gran destreza en la improvisación y dotada de unos recursos y herramienta expresivas formidables, ha cogido el testigo como cantante principal. Por su parte, Theo ‘Mr. Excitement’ Huff combina blues-soul sureño y rhythm and blues tradicional y contemporáneo con sensibilidad, extravagancia y un gran dominio del escenario.

Terri Odabi demostró su versatilidad, mientras que The Huff mandó al público a bailar al foso del Auditorio

Terrie Odabi, bendecida con una voz poderosa y fluida, apareció igual de cómoda con el soul, el blues o el gospel. Cantó Hate, take a holiday del desaparecido Wee Willie Walker, a quien la banda, que introdujo las dos partes de su actuación con Soul time, le había rendido antes homenaje con The Willie walk, para seguir con After a while, canción de resiliencia por antonomasia. Terrie también incluyó en su repertorio Why? (Am I treated so bad), de Staple Singers (canción antisegregacionista favorita de Martin Luther King); el blues You’re gonna make me cry, que hiciera Etta James; una pieza de soul funk; Love Trump’s hate, inspirada en un slogan del partido demócrata; un gospel, Something’s got a hold, con el que hizo cantar al público como en una iglesia («it must be love»), y terminó con su himno contra la gentrificación en Oakland, donde se crió: Gentrification blues.

El show volvió a despegar después del descanso con la aparición en el escenario del cantante de Theo Huff, vestido con un llamativo traje rojo. Fue toda una entrada triunfal tras los dos números que se había marcado la banda –de nuevo la intro instrumental Soul time y la poderosa y excitante Memphis Train, de Rufus Thomas, que cantaron el bajista y el organista–.

Huff se lanzó a Who’s making love, que nos transportó a los años dorados de la Stax, y continuó el viaje hasta desembocar en todo un clásico, Try a little tenderness, de Otis Redding, interpretada con tanta intensidad que estuvo a punto de derretir las paredes del auditorio. Además de exhibir sus habilidades vocales, Mr. Excitement se comportó como un gran entertainer, e invitó a subir al escenario a cinco chicas, improvisadas gogós.

The Huff se ganó al públicode San Javer.  | PEDRO SÁEZ

La portentosa Terri Odabi. | PEDRO SÁEZ / Ángel H. Sopena

El gusto de la banda por la música de los años sesenta y setenta quedó patente en las canciones. Ofrecieron un directo de mucha variedad y calidad en los músicos, dinámico, intenso, no exento de fuerza y sensibilidad. Una bocanada de aire fresco. Destacó Anthony a la guitarra, y su organista, muy presente en cada tema. Brillantes fueron las partes instrumentales de blues con toque soulero, los riffs y solos de guitarra bien sustentados por las teclas. Para el único bis eligieron Love and happiness, de Al Green, que Huff salió cantando desde el backstage.

El recinto se llenó de buenas vibraciones. El público acabó en pie, exaltado, bailando en el foso. Estuvo entusiasmado desde el primer momento, y con razón, coreando estribillos y dando palmas. Apoteósico. Fue como participar en una gran celebración de la alegría compartida, sin mensajes apocalípticos. Es un espectáculo que habrán repetido miles de veces, pero que funciona. Te hace mover por fuera y te cosquillea por dentro. Al salir, todas las caras tenían una gran sonrisa en el rostro. Reto superado . A por la vigésimo sexta edición, más y mejor si cabe.