Artes escénicas

'Adictos': Lola Herrera sienta cátedra actoral en Lorca y Águilas

La veterana y reputada intérprete protagoniza junto a Ana Labordeta y Lola Baldrich esta obra dirigida por Magüi Mira y coescrita por Daniel Dicenta y Juan Manuel Gómez sobre el papel que ocupan las redes sociales en el mundo actual y los problemas o dilemas morales que pueden generar

Lola Herrera

Lola Herrera

EFE

Qué problemas enfrenta la sociedad a raíz de la tecnología? ¿Realmente viene para ayudar o es una herramienta más de vigilancia? A esas preguntas trata de responder la obra Adictos, que podrá verse esta noche en Lorca, en el Teatro Guerra, y el domingo en Águilas, en el Auditorio Infanta Doña Elena. Estas dos funcionen suponen, además, una oportunidad más de ver sobre las tablas a una leyenda viva de la actuación como Lola Herrera, que en esta obra encarna a una científica de prestigio internacional que indaga en cómo las redes sociales «venden banalidad» en la actualidad, según adelanta la propia actriz en una entrevista.

La obra, dirigida por Magüi Mira y coescrita entre el hijo de Herrera, Daniel Dicenta, y Juan Manuel Gómez, cuestiona los paradigmas de la sociedad actual y la libertad de sus usuarios en relación con la tecnología. El montaje, que lleva meses en gira, cuenta también con las interpretaciones de Ana Labordeta y Lola Baldrich, cuyos personajes también son figuras destacadas de la medicina y la prensa. Para Lola Herrera, se trata de una obra «ilusionante» que añade «una miguita más al despertar que necesitamos los humanos». Por su parte, Labordeta cree que Adictos «dará mucho de qué hablar», mientras que para Baldrich actuar en esta pieza está siendo «toda una experiencia de admiración y aprendizaje».

Una obra feminista

De este modo, las protagonistas son tres mujeres punteras que están en un lugar en el que pocas están y que llevan a su directora, Mira, a definir el discurso de su obra como «feminista»: «Es algo por lo que tenemos que seguir luchando [las mujeres], por tener nuestro espacio y nuestro lugar, y en esta función estas tres mujeres encarnan esa posición, poder que debería ser pero que todavía no es». Quizá por eso, la directora -también actriz- se siente tan involucrada en este proyecto, hasta el punto de que ha llegado a bromear con que alguna de sus compañeras de elenco se pusiera puntualmente enferma –«con unas anginas o algo así»– para poder sustituirla: «Me sé los textos de memoria».

Sin embargo, la valenciana dice que el teatro no tiene por qué ser reivindicativo. «El teatro es ficción: no es una proclama, es poética escénica y es beber lo que está pasando en la calle para, con mucho arte –por eso se llama arte escénico–, ofrecérselo al espectador en un momento gozoso», declara.