¿Qué mueve a unos jóvenes aparentemente integrados en la sociedad española a crear una célula terrorista y decidir morir matando? A esta y otras preguntas sobre los atentados en Barcelona y Cambrils de 2017 responde el realizador cántabro Elías León Siminiani –formado cinematográficamente en Murcia– con su nueva serie-documental que estrena este viernes Netflix, 800 metros, título que hace referencia a la distancia que recorrió la camioneta del terror durante su brutal ataque en Las Ramblas.
«Tiene que ver con una herida en el interior –señala el cineasta, autor del laureado documental Apuntes para una película de atracos, en relación a esa primera cuestión–, con un conflicto de identidad de unos chavales que en un momento determinado no saben exactamente quiénes son, si pertenecen a Occidente o a otra cultura. Y por esa grieta de identidad se incrusta el agente catalizador, el imán», explica Siminiani.
Intentar entender esto fue uno de los principales motivos que llevó al equipo que él ha dirigido a crear un proyecto audiovisual sobre los atentados del 17-A, que acabaron con la vida de 16 personas y dejaron 140 heridos. Para ello han necesitado de tres episodios producidos por Ramón Campos (Bambú Producciones) y que ya están disponibles en la plataforma des streaming a nivel internacional, después de ser presentados esta semana en la vigésimo quinta edición del Festival de Málaga.
«No creo que sea una respuesta definitiva que se pueda encontrar en un solo proyecto –continúa el realizador sobre esa pregunta motor del proyecto–. Es un proceso en marcha, aunque sí hemos hecho un contenido que puede ayudar en este proceso y hemos comprobado que, a raíz de hechos como estos, el concepto de integración está siendo revisado por parte de las entidades que trabajan con ayuda social y detección», explica Siminiani.
Y es que una respuesta definitiva «de cómo ocho chavales deciden matar muriendo, teniendo una vida más o menos normal, no existe», señala por su parte el periodista Nacho Carretero, coordinador de la investigación periodística que avala esta producción. «La primera respuesta es que portan dentro una crueldad o una maldad que les hace capaces de hacer una atrocidad así», y, a partir de ahí, hay «una serie de factores que tienen que ver con el modelo de integración, con la edad y con un contexto muy concreto de auge del Estado Islámico por la Guerra de Siria y de Irak, y de un gran volumen de propaganda que adoctrinaba a chicos con este perfil», añade.
"No existe una respuesta definitiva de cómo ocho chavales deciden matar muriendo, teniendo una vida más o menos normal»
El guion de 800 metros ha sido escrito por León Siminiani y Ramón Campos, un proyecto que cuenta con un comité de redacción formado por reconocidos periodistas de investigación como el propio Carretero, Jesús García y Anna Teixidor, autora del libro Los silencios del 17-A. Porque, para realizar el proyecto, se ha entrevistado a un total de ochenta personas, entre ellas víctimas, miembros de las fuerzas de seguridad, políticos y personas cercanas a los ocho terroristas, que fueron abatidos por la policía. Y se han mostrado potentes imágenes como los vídeos que los propios jóvenes hicieron preparándose para matar.
«Son vídeos que fueron hechos públicos en la vista oral durante el juicio. Nosotros los hemos recuperado porque, dentro del ruido informativo, nos parece que son de una elocuencia, un impacto y una potencialidad de aprendizaje por nuestra parte –en relación con sucesos como este– muy grande», explica Siminiani, que apunta que uno de sus grandes retos como cineasta era situar esos vídeos con un contexto alrededor que «realmente mostrase al espectador lo relevantes que son estas imágenes». Relevantes para, de nuevo, tratar de entender qué «les lleva a asumir con ese grado de conciencia y alegría el hecho de que van a morir matando».
Un atentado «aclipsado»
En la tarde del 17 de agosto de 2017, una furgoneta blanca entró en un abarrotado paseo de Las Ramblas de Barcelona y atropelló a decenas de personas. El conductor de la furgoneta, Younes Abouyaaqoub, logró escapar a pie y en su huida asesinó a un joven para robarle el coche. El suceso se produjo dos días después de que explotara una casa en el municipio de Alcanar, donde los terroristas habían instalado su centro de operaciones y estaban acumulando material para hacer una serie de atentados simultáneos. Mientras que horas después del ataque en Barcelona se produjo otro atentado en el turístico municipio de Cambrils, en el que cinco terroristas fueron abatidos.
«A nosotros nos pareció pertinente –con una cierta distancia y tres años después, y con el juicio en nuestro horizonte, en nuestro propio proceso de producción–, poder hacer un relato pormenorizado de cómo habían sido los hechos, de cómo los supervivientes viven el proceso una vez que se han alejado los focos mediáticos y de cómo puede tener lugar un proceso de radicalización como este», incide Siminiani.
Una de las particularidades de este atentado que también fue un motivo para querer rodar 800 metros, es el hecho de que «frente a otros magnicidios de esta categoría» –que resonaron mediáticamente durante meses–, en el 17-A se dio «un cierto eclipsamiento por parte de los medios». «Es evidente que Cataluña atravesó en menos de dos meses dos procesos bestiales: uno es este y el otro el 1 de octubre [el referéndum de independencia de 2017], que de alguna manera desvió la atención» sobre el atentado.
