El pianista menorquín Marco Mezquida, improvisador versátil y de gran expresividad, es uno de los talentos más extraordinarios de nuestro entorno sonoro. Una figura vinculada al jazz, pero que, sin embargo, ya sea en solitario o en colaboración con otros artistas, continúa en expansión y crecimiento polifónico (sirva de ejemplo el insólito mano a mano que protagonizó junto a una Inteligencia Artificial en la apertura del Sónar). Protagonista de una carrera inclasificable, Mezquida –pianista de confianza de Sílvia Pérez Cruz– ha grabado más de cincuenta discos como sideman y una veintena como líder. 

No obstante, quizá su proyecto más relevante en la actualidad es el que le une al guitarrista Juan Gómez ‘Chicuelo’, y con el que hoy protagoniza el concierto del Nuevo Teatro Circo dentro del Cartagena Jazz Festival. Ellos son la mejor prueba de que la fusión entre el jazz y el flamenco es una realidad y que sus frutos, ya saboreados tanto por la crítica como por melómanos, aún tienen expectativas de seguir desarrollándose.

Su discografía es casi inabarcable, con varias publicaciones por año. ¿Siente que grabar es una necesidad vital?

Lo es, sí, porque es mi manera de dejar constancia de mi proceso creativo (además de en los conciertos). Pero los conciertos son efímeros y son regalos para la gente que viene a disfrutarlos. En cambio, los discos seguirán allí, como los cuadros de los pintores que ya hace siglos que se fueron. Mis CD’s son como fotografías de mis creaciones y del momento vital de cada proyecto.

¿Qué relación mantiene con el piano? ¿Necesita tocar todos los días varias horas, como dicen los guitarristas?

Tengo una relación intensa..., pasional, se podría decir. Desde pequeño ha sido mi refugio, mi lugar de conexión con una parte de mí muy íntima, y a la vez me ha servido para desconectar de los problemas. El piano se ha convertido en mi instrumento de comunicación y de presentación de cara al mundo.

El insólito mano a mano entre Marco Mezquida y una Inteligencia Artificial, que me recuerda aquel encuentro de Kasparov con una supercomputadora (Deep Blue), abrió el Sónar. ¿Cuál era el propósito? 

El propósito era mostrar una cara musical y potencialmente artística de la máquina, que, como desean los creadores de la Inteligencia Artificial, en un tiempo no muy lejano pueda estar interactuando o creando al mismo nivel o hasta sustituyendo al ser humano. La verdad es que fue una experiencia interesante, aunque queda mucho por recorrer, porque la Inteligencia no es aún tan inteligente.

«Hacemos jazz, pero de una manera muy sui géneris», dice. ¿Puede explicarlo? ¿Lo que usted hace es esencialmente jazz?

No hago esencialmente jazz, ni música clásica, ni música popular. Pero sí siento que mi música es un cóctel, un reflejo de mi amor por tantas músicas diversas..., y entre ellas, obvio, al mundo del jazz, al que le he dedicado mucho en mi formación y que sin duda es un océano enorme en el que pueden convivir muchos estilos porque, en realidad, el jazz, más que un género, es una manera de entender la música.

¿La técnica tiene que estar al servicio de la música y de lo que quieras expresar con ella?

Sí. Exactamente. La técnica por sí sola no dice nada, ni emociona.

Talismán (2020), su último disco, comenzó a elaborarse antes de la pandemia. ¿Cambió luego en algún sentido para tener en cuenta el estado anímico en la nueva realidad?

Sí, lo grabamos antes del confinamiento, y en agosto de 2020 lo finalizamos. Y es verdad que deseé cambiar cierto orden de las canciones para que el espíritu del disco fuese más positivo, más alegre, como un canto de vida, porque veníamos de meses realmente densos, oscuros, dolorosos, inauditos e inesperados.

Dentro del Voll-Damm Festival presentó el espectáculo All about Marco, que consiste en tres conciertos en uno: presentaciones de su álbum Talismán, del proyecto Beethoven Collage, y entente con la guitarra flamenca de Chicuelo. ¿Qué ofrecerá en el Cartagena Jazz?

Ofreceremos el poderoso concierto del trío que me une desde hace cuatro años junto al gran Chicuelo y el percusionista Paco de Mode. Será un repertorio que combina las composiciones de nuestros dos discos juntos: Conexión y No hay dos sin tres.

Con Chicuelo... ¿cómo fue su encuentro y su sintonía?

Mi relación con Chicuelo es para toda la vida (o sea que seguro que habrá más discos mutuos). Nos queremos y nos potenciamos, nos entendemos y nos respetamos. Somos dos almas conectadas y disfrutamos mucho dentro y fuera de los escenarios. Eso se nota desde que empezamos a crear juntos.

¿El jazz es para usted esa educación que le permite ir más allá del jazz?

El jazz no tiene límites, y gracias a eso, efectivamente, siempre siento que hay caminos fértiles para poder seguir caminando más allá. Es una manera de entender la música, de crear, de sentir, de compartir y de comunicar.

¿Cómo está la escena jazzística en España?

Estupendamente: efervescente y con mucho futuro. Debemos cuidar y potenciar el crear atractivo para seducir al público, crear demanda. Porque de oferta, y de calidad, hay de sobra.

Cuando a uno lo llaman para tocar con un músico como Lee Konitz, que tiene el nombre tan asentado en la historia del jazz, ¿qué se le pasa por la cabeza?

Me emocioné y a la vez me puse un tanto nervioso, porque sabía que Lee iba a empezar a tocar un tema sin decir el título, y que debíamos tocar con él con el mayor grado de escucha e interacción. Fue en el Clasijazz de Almería y gracias a Pablo Mazuecos, que potenció ese encuentro mágico. Dos años más tarde grabamos, y fue precioso y muy especial estar junto a él un par de días en la Fundación Valparaíso, en el interior de Andalucía, compartiendo con un poeta del jazz de casi 90 años. Una leyenda, con su único y bello don de la melodía, y ese sonido tan único e irrepetible.

¿En cuántos proyectos anda involucrado en la actualidad Marco Mezquida?

Ando en varios, como a mí me gusta. Con Chicuelo, con mi trío Talismán, con los conciertos a piano solo, con Beethoven Collage, MAP, el dúo con Silvia Pérez Cruz –y, ahora, también, formando parte de su banda, Farsa Circus Band–, el dúo junto a Sol Picó –interpretando Raphsody in Blue junto a una orquesta sinfónica–, lo del Sónar, preparando un estreno como intérprete para el Auditori… [Resopla] ¡Muchas cosas! ¡Muchos viajes! Y a todo ello hay que sumar que soy padre desde hace 7 meses...

¿Y alguno nuevo en mente?

Estoy componiendo la música de mi siguiente CD, Letter to Milos, que se estrenará en 2022, y para octubre presentaremos el tercero junto a Chicuelo.

¿Cuándo? Hoy, 20.30 horas

¿Dónde? Nuevo Teatro Circo, Cartagena

¿Precio? 15 euros