Ira, el miedo y la codicia son asuntos de familia

La obra juega con trasladar al escenario la relación de Gloria Muñoz y Julián Ortega, madre e hijo en la vida real. «Es un texto escrito a medida para nosotros», explica el autor, quien escribió los personajes teniendo muy en cuenta quiénes lo iban a encarnar. «Y es una alegría. No ya porque sea mío, sino porque lo escribí para hacerlo con Gloria», añade. Y es que Ortega asegura que esta obra es «un regalo» para su madre, pero también para él: «Porque trabajar con ella es un lujo», asegura el actor, quien lleva años haciendo sus experimentos sobre este tema y, más en concreto, sobre estos personajes. «Personajes que para mí representan a la gran mayoría de la población, esa que aspira a ser o tener más en la vida», añade Muñoz al tiempo que desvela que «el miedo es el motor de la obra, un miedo que te lleva a pasar por encima de la personas que más quieres».

El humor que impregna esta obra sirve para distanciar al espectador del trasfondo verdaderamente dramático de la función. «Es una manera de colocar el imaginario del espectador en otro nivel, un nivel más lúdico, más ingenuo», dice Muñoz. «Es una comedia disparatada, pero basada en hechos reales», añade Ortega, quien detalla «sin querer hacer spoilers» se trata de una huida hacia delante, en la que sus protagonistas luchan para no perderse más: «Un ‘Mañana, y mañana, y mañana’, que diría Macbeth».

La trama

Desde el Teatro Romea presentan así esta obra: «En plena noche, Dolores hace una llamada a su hijo Salvador para que vaya a hacerle una visita a casa; tiene algo urgente que contarle. Salvador, que va a ser ascendido en su trabajo al día siguiente, no está para grandes distracciones. Sin embargo, lo que su madre pasa a relatarle va a dar un brusco giro a sus vidas; no podrán escapar de su trágico pero grotesco destino. ¿Era su padre su verdadero padre? Pero lo que más atormenta a Salvador es: ¿terminará su madre encerrada en un psiquiátrico o directamente en una cárcel?».

Prevista para estrenarse hace un año, se empezó a ensayar justo seis días antes de la confinamiento, y es una obra muy oportuna porque aborda la soledad de las personas mayores, los problemas económicos y la situación de familias desestructuradas. «Madre e hijo, aparentemente mantienen una relación áspera, pero se quieren», concluye Gloria Muñoz, quien asegura sentirse muy «cómoda» trabajando junto a su hijo.