Quedamos en La Unión, me da un cariñoso abrazo y nos vamos en su coche a las minas, allí tiene, desde la infancia, un rincón muy suyo. Le hago las fotos en una construcción abandonada que parece el escenario de un decrépito teatro asomado a un paisaje apocalíptico. Verónica Bermúdez Muñoz es una reconocida actriz, profesora de la ESSAD de Murcia y especialista en locución. Este mes de agosto hemos tenido la suerte de disfrutar de las presentaciones que ha hecho en el Festival del Cante de Las Minas. Ella ha contado que desde siempre había querido subirse a esas tablas, no ha cantado flamenco, pero su voz, su presencia, su elegancia y su profesionalidad ha cautivado al público, a la organización y a los artistas. Mientras conduce, habla y contagia de entusiasmo al más pintado.

Verónica bailaba de niña y, por la pose que me pone, veo que mantiene la flexibilidad, después se dedicó a la música, estudió trompa en el Conservatorio y tocó con la Banda de La Unión, luego hizo Magisterio Musical y posteriormente se licenció en la Escuela Superior de Arte Dramático. Tiene otros estudios y cursos, incluido un Máster en Bielorrusia. De manera profesional se dedica al teatro desde 2011, cuando recibió el premio Creajoven de Artes Escénicas, ha actuado con Alquibla, La Ferroviaria o La Caléndula, siendo inolvidables papeles como el de Magdalena en La Casa de Bernarda Alba o el de Olivia en Extinción, de La Cruda Compañía, con el que recibió el Premio Azahar a la mejor actriz. También ha sido premiada en otras ocasiones, como en el Festival Don Quijote de París.

Seguimos hablando en la terraza del Bar Minero y me explica la importancia de cuidar y saber usar la voz, no solamente para los actores. Ella es profesora de técnica vocal y del habla y ese es un tema en el que no para de investigar. También le preocupa saber sacar las emociones que todos llevamos dentro. Dice que «el actor es un atleta de las emociones. ¿cómo vamos a interpretarlas si no conocemos las propias?». Verónica se refiere a la importancia de la inteligencia emocional, aunque cree que es asunto del que nadie se ocupa. Me cuenta que quiere investigar la voz y el acento de las murcianas: «Las mujeres compiten demasiado con la voz del hombre, para ser oídas y no ser ninguneadas, pero tensionan tanto la suya que la dañan», y añade: «La voz es un sello de cada persona, como la huella dactilar, por eso hay que cuidarla y hay que aprender a disfrutar las voces originales de los actores en versión original; la voz es la mitad de la actuación».

Verónica ha actuado en varias películas y muchos cortometrajes (próximamente presentará uno que ha grabado, dentro de un coche por Corvera, con Fernando Caride), ha hecho giras teatrales por España, Canadá, México, Nueva York, Texas, Ohio, París, etc.

Es una actriz cada día más cotizada y me confiesa: «Tal vez no hay series para todos los que estudian interpretación, pero hay que facilitarles salidas en la educación pública y privada, hay todo un camino por explorar en el fomento de la creatividad en las empresas». Y añade: «Tal como está el patio, yo me inclino ante quienes deciden estudiar teatro, eso nos da esperanza en que algo mejor es posible».