Inspiración mortal

Killer groove. Ollie Masters y Eoin Marron - PLANETA CÓMIC

En plena década de los setenta, época conocida por el inicio de las drogas como medio de inspiración y elitismo social, el germen de muchas redes mafiosas y por la experimentación de nuevos conceptos de la música, se desarrolla esta historia que domina varios de esos puntos. Varias son las historias que discurren en estas páginas hasta su culmen final donde todos los personajes y sus vivencias confluyen en un nuevo giro de estilo del género negro. Un músico y compositor, de tantos que intentan conseguir un atisbo de reconocimiento para ser impulsado al podio del éxito, malvive de trabajos precarios mientras le llega el día. Oculta un oscuro secreto y descubre ‘una fuerza’, de la que no haré spoiler, que le ayuda a componer temas que gustan cada vez más. Su mejor amigo es un asesino a sueldo. La chica que le agrada es detective privado. El tío de ésta, antiguo agente de la CIA, es el próximo objetivo del amigo. El músico atrapado en el centro del huracán pugnará por ser un ser humano y defender los sentimientos y valores que le ofertan estar con los pies en el suelo o, por el contrario, dejarse llevar y convertirse en todo lo que sueña sin importarle a quienes arrastre en el camino. Un relato con personajes estupendamente perfilados y muy creíbles que dotan a la historia de una fuerza imparable que te atrapa y obliga a leerla de un tirón. Como digo, una de las mejores historias ‘negras’ que se pueden disfrutar en estos tiempos.

La bruja y el androide

Visión y La Bruja Escarlata: Un año en sus vidas. Steve Englehart, Richard Howell y Al Milgrom. PANINI

Tras la miniserie que daba los primeros acordes de una de las relaciones matrimoniales más inusuales del universo Marvel, pronto, los creativos, vieron el potencial de continuar contando vivencias de ambos personajes en una nueva maxiserie que recorría un año en sus vidas a la par que los 12 números mensuales que constaba la serie. Mientras que Visión descubría todos los aspectos de su pasado y los personajes que conformaban parte indisoluble de su creación, la Bruja Escarlata, se adentraba en un mayor conocimiento de la magia y de las fuerzas oscuras ocultas en este universo. A la par, ambos, evolucionaron como pareja descubriendo su intenso amor a un mundo que les tacha como abominación sin sentido. Vengadores, sí; amantes, inviable. Y será todo ese furor y negatividad mundana la que hará aun más fuerte el vínculo amoroso de los dos Vengadores que lo mismo libran cruentas batallas contra enemigos sanguinarios que son capaces de pasar un día de esparcimiento tranquilo y casero. Cómo en la exitosa teleserie Wandavisión, de la que esta maxiserie es una gran fuente de argumentos, los personajes llegan al culmen máximo de su relación en ese imposible embarazo y el doble parto posterior. Que un androide y una humana forjada en la magia fueran padres fue toda una novedad en la época y dio pie a posteriores e interesantes historias. Una memorable etapa Marvel llena de acción, sorpresas y mucha diversión.

Después del terremoto

Suicidas. Lee Bermejo, Alessandro Vitti y Gerardo Zaffino - ECC

Tras un cataclísmico terremoto que destruye la mayor parte del continente norteamericano, la sociedad superviviente, se rehace de manera violenta al estilo post apocalíptico de las mejores historias cyberpunk. Lee Bermejo, excepcional portadista e ilustrador, además de tener en su haber algunas historias para los personajes de DC Comics, realiza aquí su obra más personal. Tras el terremoto, la ciudad de Los Ángeles, crearía un muro para separar a dos tipos de ciudadanos: los ricos y los pobres. Para tener apaciguados ambos mundos se crea el circo espectáculo con gladiadores en combates mortales llamados Suicidas que, como deportistas de élite, se convierten en valores a seguir y con los que soñar. Son leyendas con pies de barro al servicio de los poderosos y de sus egos. La serie, estructurada como una historia, a pesar de ese telón de fondo apocalíptico, ofrece un doble interés tanto en el impactante grafismo de Bermejo como en esa novedosa idea narrada. El éxito de esta miniserie propició de inmediato una nueva historia en forma de precuela pero, aunque guionizada por el propio Bermejo, el trabajo gráfico recayó en un dúo argentino italiano que, sin llegar a la altura del creador, realizaron un magnífico trabajo. Menos interesante, en sus propuestas, que la original, recorre caminos más de aventura y denuncia social mientras configura personajes con mayor profundidad que aquella. Dos partes de un todo que dejan los suficientes cabos sueltos como para poder esperar un futuro regreso de estos Suicidas.