La Terraza de la Muralla de El Batel acogió ayer el concierto de unos viejos conocidos de la música tradicional de este país. En una década, los hermanos Enrique y Roberto Cubero se han convertido en iconos para un público cada vez más grande de una música de raíz que no renuncia en ningún momento a quedarse anclada en el pasado. Lo suyo, desde una vertiente irónica, deja claro que hay temas universales que seguirán afectando y emocionando mientras el hombre sea hombre.