Javi Chou y Pedro Santomera llegan esta tarde al auditorio municipal de Calasparra con Infiltrados en la comedia, un espectáculo que promete hacerte reír desde el primer segundo. Un show diferente que une la actualidad del ‘standup comedy’ con la tradición del dúo cómico español.

Traen hasta Calasparra un novedoso espectáculo que mezcla su estilo con la tradición del dúo cómico español.

Ese fue el origen de la creación entre mi compañero Pedro Santomera y yo. Los dos teníamos nuestra carrera como monologistas y como actores, y teníamos ganas de hacer algo juntos, ofrecerle al público algo más allá del ‘standup comedy’.

Han montado un espectáculo con sus propios monólogos, incluyendo vivencias y anécdotas propias.

Hemos querido coger la faceta que teníamos como monologistas para convertirlo en conversaciones, diálogos, y en según que momentos del espectáculo casi en ‘sketch’ en los que le damos mucha participación al público y conversamos mucho con ellos.

Este tipo de comedia tiene la particularidad de que es muy vivo y muy cambiante, dependiendo del sitio o del tipo de público.

Por mi experiencia en la profesión, la comedia tiene que ser algo totalmente identificativo. El público, si no se siente identificado con la comedia, es muy difícil que le llegue, vale que también puede pasar en una obra de teatro o una película, pero el margen es mucho más grande.

¿Qué tal es la experiencia de compartir escenario con Pedro Santomera?

Por suerte o por desgracia, Pedro y yo nos conocemos desde hace muchos años. Hemos trabajado haciendo teatro, juntos creando monólogos para nuestros espectáculos individuales, y ya teníamos muchas ganas de hacer un trabajo juntos. Igual que se dicen que cuatro ojos ven más que dos, a la hora de hacer una creación, en este caso de comedia, lo que no se le ocurre a uno se le ocurre al otro. A la hora de poder aportar en mucho mejor y más enriquecedor.

Los dos vienen de la escuela de Murcia, que está dando grandes profesionales y eso también se nota en el nivel que hay en la Región.

Hay un gran nivel. Es verdad que al público de a pie, lo digo con todo el cariño, le llama mucho la atención la televisión, pero para nosotros nos es más que otra faceta de nuestra vida. Intentamos vivir del teatro, del público, de los locales y de los municipios y los ayuntamientos que apuestan por la cultura. Es la cercanía de la profesión.

Ha hecho cine y televisión, ¿qué tal la experiencia?

Ha sido una experiencia muy buena, sobre todo, para los que tenemos a nuestras espaldas una carrera de teatro y lo que ello conlleva, porque es verdad que el teatro, aunque es muy agradecido a la hora de terminar el espectáculo encima del escenario, es una trabajo mucho más duro de lo que la gente piensa. Siempre llevas muchos kilómetros a la espaldas, y en según qué casos, mucho trabajo también de cargar y descargar camiones y montar una escenografía. Después de hacer eso durante años, llegas a un trabajo televisivo más o menos estable es un lujo, es un paraíso. No solo por la notoriedad que te puede dar a nivel popular, ya que de ahí te pueden salir otros trabajos, sino evidentemente a nivel laboral.

Después de la dinámica del teatro, llega a un plató y todo el montaje está hecho.

En mi caso personal, me ha sucedido de llegar al camerino y recoger todo el vestuario, y que de repente alguien te diga: «Deja eso, que hay un departamento de vestuario que se encargada de todo eso». Se nota cuando venimos del mundo del teatro y a veces te cuesta trabajo cambiar el chip.

¿Cómo fueron sus inicios?

En el mundo del monólogo vinieron de una forma fortuita. En la época del instituto que siempre estábamos en el grupo de teatro haciendo nuestros montajes, terminar el instituto, comenzar la universidad, y decir esa promesa al aire de seguir con el grupo, al poco me di cuenta de que me quedé solísimo. Eso fue hace unos veinte años, que fue justo cuando llegó esta ola del ‘standup’ y de El club de la comedia por primera vez a nuestro país. Ahí fue cuando, al ver las ganas que tenía de escenario y que no podía contar con nadie, pensé que esa circunstancia no iba a impedir que me bajara de las tablas. Vino con la combinación de varias cosas azarosas que se dieron en el momento. Cuando empecé no me podía imaginar que veinte años después podía seguir dedicándome a esto. Afortunadamente puedo decir que este es mi sustento.

Fundamental que se fomente las artes escénicas en primaría y secundaria. Se echa en falta que sea de manera extraescolar o no reglada.

Hablo por todos mis compañeros de profesión y, concretamente, más en Murcia, si digo que todos estamos por esa labor. Por darle la importancia y el respeto que merece todo ámbito cultural y cualquier disciplina artística dentro de la educación, tanto en primaria como secundaria. Es cierto que se ha avanzado un poco con materias como música, pero debe de tener la importancia que merece. El teatro es una forma muy directa de acercar a los jóvenes a la cultura y a la hora de trabajar con ellos se desarrollan muchas capacidades. Sobre todo, hacerlo con mucha pedagogía. Hace muchos años cuando yo era adolescente, la forma que tenían los centros educativos de acercarnos al teatro era la de realizar excursiones casi obligadas e impuestas, rollo: «Vamos al teatro a ver una obra clásica de tres horas». Al final se crea una falsa versión, por lo que es muy importante saber de qué forma se tiene que trasmitir a los chavales la pasión por las disciplinas artísticas.

También tiene en marcha un espectáculo propio, Chouspeare (reír o no reír).

Es un trabajo que nació hace años y ha ido creciendo con el paso del tiempo. Casi no tuvo visibilidad cuando lo pude hacer por primera vez, ya que fue una cosa como un encargo. Y era un trabajo al que no le daba mucha importancia, pero por suerte es un trabajo al que he ido dedicándole cada vez más tiempo, regándolo como una maceta, y al final pude hacerlo en el Teatro Circo. Me pilló de lleno la pandemia, la primera fecha fue el 15 de marzo de 2020, y por suerte este pasado 28 de marzo lo pude estrenar en el Teatro Circo para casi 400 personas. La verdad es que fue un día muy bonito por lo que conllevaba. Estoy muy satisfecho con el espectáculo, después lo pudimos llevar a Madrid, al Palacio de la Prensa. Por ahora estoy muy contento con las fechas que están saliendo, ahora que los ayuntamientos están cerrando programación para los próximos meses. Espero también volver a Madrid con este trabajo.