A la edad de 17 años, el totanero Diego Mateo aún no tenía claro qué hacer con su vida (más allá de continuar con el negocio familiar de salazones). Aquel verano visitó a unos amigos en Madrid y allí se dio cuenta de que quería «matar el gusanillo de la actuación»; sin embargo, nunca antes había hecho teatro. En una charla con LA OPINIÓN, confiesa que necesitó el consentimiento de su padre, quien al final le dijo que tendría todo su apoyo si la aventura salía mal. Así que se marchó a la capital y se matriculó en la prestigiosa escuela de interpretación Estudio Corazza para el Actor.

Terminados sus estudios, actualmente continúa formándose de la mano del dramaturgo José Carlos Plaza, especializado en teatro clásico, pero ya ha emprendido una prometedora carrera que le ha llevado a codearse con actores en posesión de un Goya como Anna Castillo o Javier Gutiérrez. Y es que, a lo largo de este año 2021, se van a estrenar nuevas temporadas de las series Estoy vivo, en TVE, y de Súper normal, en Movistar +, de las cuales ha formado parte. Y además de trabajar frente a las cámaras, Diego Mateo también plasma historias a través de la música: la canción Estrellitas, recién lanzada, es un buen ejemplo. De esta polifacética trayectoria hablamos con él.

Últimamente se rodea de actores de primer nivel, como Javier Gutiérrez. ¿Cómo es trabajar con él?

Genial. Trabajar con él es una experiencia de la que he aprendido mucho. En Estoy vivo tuve la suerte de compartir escena con Javier y he de reconocer que al principio fue una gran impresión, pero tanto él como el resto de equipo me acogieron con muchísimo cariño y respeto. En concreto, Javier me dio muchos y muy buenos consejos como actor. Pero lo que más me llamó la atención de él es su profesionalidad: se sumerge en su papel y no hay nadie que le saque de ese estado de concentración. Cuando grabábamos yo simplemente me dejaba llevar y todo fluía.

¿Hay mucho ego entre bambalinas entre actores como él o Anna Castillo, galardonados del Goya?

Para nada. Al final son compañeros de la profesión. Yo fui uno más, o al menos así me sentí. De hecho, lo que más me gustó de rodar con todos ellos fue la humildad y profesionalidad con la que trabajaban. En ningún momento vi egos ni miradas por encima del hombro.

¿Cómo fue que tuvo esta oportunidad en Estoy vivo?

Pues fue gracias a la directora de casting, Tonucha Vidal, que vio mi videbook y algunos trabajos míos; ella fue la que me dio la oportunidad de trabajar en la serie. Y dije que sí sin dudarlo nada más me ofreció el papel, claro. En un mes ya estaba rodando. Recuerdo vivir ese momento con la emoción a flor de piel. Y ya, cuando me pasaron el guion y supe que iba a compartir escena con Javier Gutiérrez, lo flipé [Rié].

¿Se puede desvelar algo sobre su papel de la tercera temporada de Estoy vivo?

Mi papel en la serie es el de un hermano de un chaval que lleva desaparecido un año. Y hasta ahí puedo leer. [Ríe].

Además de actuar, también compone y canta. ¿Qué llegó primero: la música o la actuación?

La música, sin lugar a dudas. Ya con trece años empecé a componer canciones en el colegio. Le dedicaba horas y horas a escribir mi música... Hubo un tiempo en el que a todos los chicos del instituto nos dio por el rap y nos juntábamos en cualquier garaje en el que pudiéramos enchufar un micro para grabar. Luego compartíamos las canciones por el Tuenti [una red social], que era lo que se llevaba entonces [Ríe].

¿Se inclina más por la actuación o por la música?

Sinceramente, me gustan las dos cosas por igual. A mí lo que me mola es contar historias e interpretarlas, ya sea actuando o cantando. El hecho de actuar y cantar me permite expresar mis emociones y sentimientos y luego crear algo con ellos.

Si une ambas pasiones saldría un musical, ¿se atrevería?

Los musicales me dan un poco de vértigo, pero me encantaría probarlo, ¡claro que sí!

¿Cuál es su ritual a la hora de crear una canción?

Mi método de trabajo es escuchar primero la intrumentral. Luego me sumerjo en la melodía y empiezo a escribir lo que en ese momento me sugiere; es entonces cuando empiezo a crear. Creo que es por eso por lo que no estoy anclado en un mismo género musical, sino que me dejo sorprender e ir cambiando.

Hasta el momento ha lanzado al mercado dos temas: Como animales y Estrellitas. ¿Cómo definiría tu música?

[Suspira] Buena pregunta... Ya digo que yo no soy un músico que se limite a un género concreto. Al menos no me siento así. Pero si hay que hacerlo, quizás dentro del género comercial y urbano. También te digo que si escuchas las dos canciones, no tienen nada que ver la una con la otra.

«Sex please, en lugar de Netflix» o «Acho Diego, no te ralles», son algunas de sus frases. ¿Ha habido bromas con esos versos de Estrellitas entre sus amigos?

[Ríe]. Sobre todo con el «acho, Diego». Eso es marca de la casa, no se pudo evitar.

¿La pandemia del coronavirus ha afectado a su vida profesional?

Justo aquel fin de semana en el que se declaró el estado de alarma y todo explotó estaba en Murcia. Tuve que dejar el piso de Madrid y las clases se suspendieron, por lo que me compré un micrófono para poder mandar las pruebas de sonido. El virus nos pilló en plena faena con Estrellitas y tuvimos que paralizar la grabación. Lo único que había grabado era algún ensayo, así que trabajamos en la distancia: los productores [Apollo Vice y Dodo Foie] en Madrid y yo en Murcia.

Si la situación sanitaria mejora, ¿qué proyectos tiene por delante?

Yo voy a seguir desarrollando musica con o sin pandemia. Los productores y yo nos hemos marcado nuestro propio objetivo: sacar un tema nuevo al mes. Y por la parte de actor, de momento estoy deseando que salga ya la tercera temporada de Estoy vivo para ver qué frutos puedo recoger de ahí.