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María Dueñas

"Usar 'best seller' de forma peyorativa es un engendro de las mentes españolas"

Cambió su puesto de profesora titular de Filología Inglesa en la Universidad de Murcia por la carrera literaria tras el éxito de su primera novela, El tiempo entre costuras - Mañana presenta en Cartagena su tercer libro, La templanza.

"Usar 'best seller' de forma peyorativa es un engendro de las mentes españolas"EFE

Esta es su tercera novela, la segunda histórica. ¿Tienen alguna finalidad didáctica?

Inicialmente no. Pero después son numerosos los lectores que me cuentan que mi novela les ha servido para aprender. Eso me satisface, he sido docente muchos años. Pero no escribo con vocación pedagógica y no tengo interés en explorar la historia exhaustivamente.

Pero ¿hay un esfuerzo de ambientación?

Sí, pero a veces me interesan más cuestiones coyunturales o periféricas. Me gusta saber cómo se visten, cómo hablan, qué comen, cómo iluminan las habitaciones... Contribuye a dar una dosis de credibilidad. He investigado si los pantalones del hombre del XIX llevaban o no bolsillos.

En esta novela el protagonista es un varón. ¿Fue un reto?

Ya en la segunda novela hice un ensayo, los coprotagonistas eran dos hombres. Me sentí muy a gusto y creo que resultan personajes creíbles. Decidí dar un paso más allá y meterme en la piel de un hombre. La diferencia de sexo no me ha condicionado a la hora de construir un personaje sólido.

¿De dónde sacó el título?

Hace referencia a dos cosas. A una viña jerezana del que el protagonista llega a ser propietario, y a la virtud. El protagonista es un indiano que vuelve a España, un hombre hecho a sí mismo que se ha arruinado estrepitosamente tras ganar una fortuna en México y que se tiene que reconstruir, y además con una bomba de relojería: un plazo para pagar deudas. Va siempre arrebatado; tiene de todo en el espíritu menos templanza, hasta el final de la novela.

¿Busca que sus novelas lleguen a un público ya definido?

No me lo planteo tanto en esos términos, es menos interesado por mi parte. Me interesa mucho más construir una historia creíble, seductora, interesante... No pienso tanto en la respuesta de los lectores. Esta novela parte de mi interés por recuperar aquel Jerez de los bodegueros del XIX y el comercio por Inglaterra.

¿Buscó reflejar el lenguaje de la época?

He hecho un esfuerzo por dotar al lenguaje de los personajes de personalidad. En México, el protagonista es un español, un guachupín, aunque lleva veinte años allí. En España todo el mundo lo ve como un mexicano. La doble identidad se refleja en su manera de hablar, lo mismo dice: ´Tenemos un pinche problema´, que: ´A ver si salimos de esta de una puñetera vez´. Y lo mismo con el entorno, en México, Cuba y España. Pero sin cargar demasiado las tintas. No quiero hacer una exhibición de virtuosismo dialectal que sea cargante.

¿Se ve la relación entre Inglaterra y España en la novela?

(ríe). Hablamos de la Inglaterra próspera, con un imperio por el mundo entero, riqueza, cultura, sofisticación y nuestra España, un desastre como siempre. Atrasado, empobrecido... Son dos mundos. La coprotagonista, que enamora a Mauro, es una jerezana casada con un marchante de vinos londinense con un hijo de su primer matrimonio, que no entiende por qué su padre se casa con una mujer de este país subdesarrollado.

Usted conoce el mundo anglófono. ¿Se lee más que en España?

Sí. En el sur pasas por una playa y los que están leyendo son ingleses. Aunque sean paperbacks, mero entretenimiento. Cualquier tienda inglesa de prensa está llena de novelas. Aquí tabaco y prensa deportiva (ríe).

¿Considera que hay literatura inferior y superior?

Eso son prejuicios elitistas y peyorativos. Claro que hay literatura de mejor calidad y literatura más liviana y consumible. Pero atacar un tipo de literatura porque sea de consumo masivo es insultante para los lectores, y mucha de la literatura más elitista no se llegaría a publicar si no fuese por el consumo masivo de otros títulos.

¿Y qué piensa del best seller?

Utilizar el título best seller para etiquetar una parcela del mercado editorial con connotación peyorativa es un engendro de las mentes españolas, solo se da en España. The New York Times te saca todos los domingos su lista de best sellers, y solo significa eso: los que más venden. A veces es Paul Auster, a veces 50 Sombras de Grey. Se encasillan multitud de libros que no tienen nada que ver unos con otros. Para mí no hay género de best seller. Mis libros no tienen nada que ver con los de Stieg Larsson.

¿Planea seguir en excedencia de su puesto en la universidad?

Sí, planeo seguir así para siempre. Para mí la universidad es algo que ya pasó, aunque era mi vida. Tras publicar El tiempo entre costuras intenté compaginarlo un año, pero fue imposible. Tenía la sensación de que no estaba al cien por cien en ninguna cosa.

Le vino primero la docencia y luego el éxito literario.

Al escribir no sabes que vas a tener éxito. En mi caso no había publicado nada hasta El tiempo entre costuras, y había escrito muy poco, algún relato, algo para mis hijos... La docencia es como una carrera de obstáculos. En un momento tenía mi puesto de titular, los hijos criados y tiempo para escribir.

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