Lugar: Archivo General (avda. de los Pinos), Murcia.

Fecha: Hasta el 20 de abril.

Horario: Lunes y martes, de 8.30 a 20 h. Miércoles, jueves y viernes, de 8.30 a 14.30 h. Semana Santa y Fiestas de Primavera, de lunes a viernes, de 8.30 a 14.30 h.

Recuerda María Manzanera que en una ocasión viajó a París sin su cámara de fotos -«estaba extenuada y quería descansar»- y tuvo que comprarse allí una. «Me amargaba cada vez que salía a la calle, a cada momento veía cosas que quería fotografiar», relata esta enamorada de la capital francesa. «Interminable y sorprendente, culta y elegante arrogante y acogedora... París es ‘la ciudad’», sentencia, y la muestra desde hoy a los murcianos, a través de 38 imágenes, en el Archivo General.

La visitó por primera vez a principios de los años 80 y la ha recorrido sola y acompañada, en diferentes estaciones del año y también en distintos momentos de su vida. Cada año se escapa una semana para perderse por sus calles y asegura que «siempre» regresa a Murcia «con el pensamiento de volver» porque le ha faltado tiempo para visitar -o revisitar- una u otra cosa. Y es que para Manzanera París es «el paraíso del fotógrafo»; una ciudad «que lo aúna todo, que puedes mirar mil veces y en la que sigues encontrando cosas distintas».

Parafraseando a Rick en su inmortal y cinematográfica despedida de Ilsa Lund en Casablanca, la fotógrafa murciana afirma que Siempre nos queda París, y muestra hasta el 20 de abril imágenes de la vida cotidiana de la ciudad. «No es una visión de turista, que nadie vaya pensando en la Torre Eiffel ni en Los Inválidos», advierte Manzanera, quien se asoma con su cámara a los ‘bistrots’, los jardines, las pequeñas calles de barrio -sus preferidas- y las avenidas, el Sena -«París es más París por tener el Sena», dice-, el barrio de Montmartre, los museos y hasta los tejados; una mirada diferente sobre la ciudad que recomienda sin dudarlo: «Es que cuando uno mira los tejados -argumenta-, tan bonitos, con sus torres y sus chimeneas, se siente poderoso viendo a la gente como hormigas; es como estar en un paraíso propio de los dioses... Es tan hermoso».

El Museo Rodin y el silencio

El Museo Rodin es una de las paradas imprescindibles para Manzanera en cada escapada. «Es un sitio mágico porque es la casa, preciosa, antigua, donde vivió Rodin; la luz entra por las ventanas y cada visita es distinta. Es un lugar ideal porque no es un museo como los demás, más estáticos, académicos y hasta algo cuadriculados», añade.

Y junto al museo del escultor, los jardines parisinos. Espacios en los que la fotógrafa se deleita leyendo rodeada de «un silencio estupendo». «Allí nadie grita, no hay música... Al principio pensaba que sería solo en ese jardín, pero no, ¡es que la gente habla bajo! Me asombraba mucho y me preguntaba ‘cómo lo habrán aprendido’», comenta riendo.

Reconoce Manzanera que no ha visitado aún ciudades como Viena, aunque sí otras «muy bonitas» como Bruselas... «Pero no tiene comparación con París», sentencia, y explica que, quizás, tras la Ciudad de la Luz situaría Nueva York, otro de sus lugares preferidos: «Nueva York es el dinamismo, el futuro, es como la juventud, pero es que París es la elegancia, la cultura, lo selecto... No es lo mismo».