Manuela Sevilla responde «feliz» al teléfono. Asegura que, pese a las dificultades que la covid-19 ha traído consigo para la práctica teatral, en la compañía Edmundo Chacour se sienten unos «auténticos privilegiados». ¿Quién iba a pensar en marzo, cuando tuvieron que aplazar -«que no cancelar»- su muestra anual en el Auditorio de Beniaján, que en el seno del grupo no se haya dejado de trabajar desde las primeras semanas de verano? Vale que siempre de puertas hacia dentro, pero en vistas a un otoño intenso: con la inauguración de la decimoctava edición de su festival de teatro -del 27 al 13 de diciembre- y, muy especialmente, con la presentación de Los viajes de Ibn Arabí, un proyecto ideado, escrito, desarrollado y grabado (sí, se estrena en formato audiovisual) en tiempo récord que verá la luz mañana en el Cuartel de Artillería de Murcia (19.00 horas).

«Debo decir que nosotros ya habíamos trabajado los poemas del místico en nuestros talleres actorales, pero cuando presentamos el proyecto y nos seleccionaron entre más de 160 propuestas no teníamos ni siquiera el guion; te estoy hablando del mes de junio... », confiesa, entre risas, la directora del Grupo de Teatro Edmundo Chacour. Con esto, Sevilla hace alusión al programa ´Reactivos Culturales´ que el Ayuntamiento de Murcia puso en marcha tras el primer confinamiento para apoyar e incentivar la creación cultural en el municipio; y, desde luego, en el caso de la compañía con sede en Beniaján, lo ha conseguido con creces. «Desde entonces, la inmersión en el proyecto fue total. Y en todas nuestras secciones: desde el grupo infantil al senior, pasando por el juvenil y el central (intergeneracional), todos han participado de alguna manera en Los viajes de Ibn Arabí», destaca Sevilla, que habla de cerca de una veintena de actores y actrices implicados.

Y eso que, por supuesto, el camino hasta el Cuartel de Artillería no ha sido sencillo. «Al principio no hubo demasiados problemas porque pudimos trabajar la obra en el colegio Los Álamos de Murcia. Es verdad que en verano todo el mundo se dispersa y uno está en Águilas, otro en San Javier, yo misma estaba en La Roda..., pero la cita con Ibn Arabí era sagrada. La cosa fue que cuando comenzó el curso nos quedamos sin un sitio en el que ensayar... Además -continúa Sevilla, autora del texto-, no había manera de encontrar otro por culpa del miedo a la covid-19, así que estuvimos un par de semanas casi parados en las que lo único que podíamos hacer era quedar on line y repasar el texto para que no se nos olvidara. Por suerte, al final la Fundación Cepaim nos dejó una sala un par de días y logramos volver al Auditorio de Beniaján para ensayar al menos una vez a la semana», señala la autora.

De hecho, fue allí, precisamente, donde se grabó la obra; porque sí, preparar el montaje tan solo era la primera parte del proyecto. «Una de las cosas que exigían -señala Sevilla en referencia a los responsables de ´Reactivos culturales´- era hacerlo en formato audiovisual; a nosotros y al resto de proyectos seleccionados. Me imagino que debe ser por las cosas de la covid, para poder darle mayor difusión independientemente de la situación de la pandemia. Pero bueno, teníamos claro que lo principal era montar la obra», explica la directora de la compañía, que insiste: «Los viajes de Ibn Arabí es teatro grabado, pero teatro».

Preguntada por Ibn Arabí, el sabio y místico sufí del siglo XII, Sevilla no puede evitar la comparación con el director teatral que da nombre a la compañía: Edmundo Chacour (1933-2000), bonaerense de nacimiento pero beniajanense de adopción. «Él concebía el teatro como un acto de amor; de amor con el pueblo, de amor comprometido socialmente. Y yo añadiría que también de entendimiento entre culturas. Esto es algo que nosotros heredamos de él y en lo que el poeta [Ibn Arabí] también creía», apunta la dramaturga, que para este trabajo no ha querido quedarse en el viaje de su protagonista -a través de sus poemas- desde su Murcia natal hasta Damasco. «Es un viaje real en busca del conocimiento y de lo sagrado, pero también un viaje... mucho más abstracto, interior. En cierto modo es como un reflejo de nuestra propia vida, de ese camino que todos hacemos de una manera o de otra», añade Sevilla.

En concreto, Los viajes de Ibn Arabí está especialmente basado en uno de sus libros, El intérprete de los deseos, en el que el místico narra su búsqueda del amor. «Para él lo ´sagrado´ fue una mujer, no Dios. Él buscó a través de desiertos y montañas el amor, y encontró la pasión, el sufrimiento, el dolor, la distancia...», señala la directora del grupo de teatro, que además de con su compañía ha contado con varios apoyos inestimables para preparar el montaje. En primer lugar, Sevilla habla de Pablo Beneito, catedrático de Árabe de la Universidad de Murcia, que le facilitó sus traducciones de los textos de Ibn Arabí y la guió entre ellos hasta El intérprete de los deseos: «Gracias a él, lo único que tuvimos que hacer nosotros es coger esos versos y darles forma dramática», asegura. Por otro lado, la autora habla de su propia sobrina, Claudia Dafne Sevilla: «Ella estaba viviendo allí cuando comenzó la pandemia; en Merzouga, concretamente, un pueblecito ubicado en el desierto del Sahara, cerca de la frontera con Argelia. Así que le dije: ´Oye, ¿por qué no me grabas algo?´, y la verdad es que se lo tomó muy en serio...», señala entre risas Sevilla, que no solo obtuvo imágenes reales de inmensos arenales y dunas con los que dar color a la grabación -en la que se intercalan las escenas del montaje con este tipo de secuencias-, sino que logró el asesoramiento de la familia Lagrouh y Tihiri, así como vestuario y atrezzo.

El resultado, que en el fondo es también «una forma de reivindicar nuestras raíces musulmanes», podrá verse este jueves en el Cuartel de Artillería con aforo limitado y previa recogida de invitación. Y después de esta proyección, «ya veremos». «El Ayuntamiento nos ha dicho que la grabación ya es toda nuestra, que podemos hacer lo que queramos con ella, pero todavía no hemos podido ni pensar en ello», confiesa, risueña, Sevilla, con el foco puesto en la muestra que comienza el viernes y que está dedicada al malogrado José Cantabella. «Él, además de gran amigo del propio Edmundo Chacour, fue nuestro secretario y el encargado de organizar las mesas redondas con las que completábamos nuestra programación cada año. En esta ocasión, por primera vez, no habrá ninguna, pero el último espectáculo, el del domingo 13 de diciembre, será un recital de poesía y escritos suyos en el que Claudia Dafne Sevilla nos acompañará al piano y que contará con la presencia de su viuda, Carmen Cantabella; del catedrático Francisco Torres Monreal... Hablaremos de él y de su trayectoria, no solo poética, sino también teatral», señala la directora de Edmundo Chacour, que en esta decimoctava edición ha programado cuatro representaciones (de Antaviana Teatro, Aye Cía.,Malas Compañías y Morfeo Teatro).