La propia vida es la protagonista central de todos los temas que conforman el espectáculo La transfiguración del Mastodonte, versión escénica cuyo cimiento se sustenta en el primer disco producido por el quinteto Mastodonte, que el sábado se subirá a las tablas del Teatro Circo de Murcia. Esta propuesta, liderada por el cantante y actor vasco Asier Etxeandia -recientemente en salas con Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar- y el multiinstrumentista italiano Enrico Barbero, ofrece un recorrido «emocional y sensorial» por la docena de temas del álbum debut de la banda, publicado en 2018, además de alguna «sorpresa», avisan los fundadores de esta peculiar formación, que nace con la intención de hacerse «eterna».

Para quien todavía no les conozca -pese a que han sido toda una sensación desde que iniciaran el camino-, la música de Mastodonte se mueve ágil entre la bossa, la clásica, el rock, el funk, el góspel, la electrónica, el pop, el dance... En resumen, poco o nada escapa al radar de Barbero, que se sumerge sin complejos ni etiquetas por las líneas de los instrumentos del grupo para crear un hilo musical que -aunque muy vagamente- solo se podría definir como experimental, aunque manteniendo un línea pop que resta pretenciosidad a la propuesta. Y, sobre ella, un Asier Etxeandía que habla, efectivamente, de la vida y de cómo debemos afrontarla: sin ataduras, sin complejos... Libres.

«Es un disco que no tiene una etiqueta concreta», explicaba Etxeandia hace unos meses en una entrevista con Voro Contreras para esta casa. «Bebe de muchas influencias -continuaba el polifacético intérprete-, forma parte de lo que somos y de cómo somos, y el oyente va a disfrutarlo mucho más si no intenta analizarlo desde un 'lugar' sino desde el qué pasa cuando lo escucho». Por eso, el espectáculo que esta semana llega a Murcia es mucho más que un concierto; es un show en el que el (ahora) vocalista no limita su teatralidad característica en busca de la complicidad con el público y con el beneplácito de Barbero y el resto de la banda, que completan Iván Prada, Pino Rovereto y Domi Oliver. De hecho, «llevo toda la vida buscando a un artista como Asier y un proyecto como este -decía Enrico-. Asier es la rock star por antonomasia. Tiene una creatividad explosiva», concluye el experimentado músico.

El resultado es un show muy visual, que cuenta con el apoyo incondicional del teatro, la danza y un exclusivo vestuario, entre otros recursos escénicos, y que es toda una explosión de emociones sensoriales. Además, la contundencia del grupo en directo -un poco el nombre de la banda viene por ahí: «Tiene una sonoridad que nos ha inspirado mucho en el sonido que queríamos hacer, algo barroco, intenso...», explica Etxeandia- ayuda sobremanera a cerrar un espectáculo tremendamente inmersivo y para el que aún quedan algunas entradas en el segundo anfiteatro del TCM.