Da la sensación de que cada año hay un actor murciano deslumbrando a crítica y público. Hace un par, el gran protagonista fue Carlos Santos, que se llevó el Goya al Mejor Actor Revelación por su magistral interpretación del exdirector general de la Guardia Civil Luis Roldán en El hombre de las mil caras (2016)El hombre de las mil caras. El año pasado, la que encandiló a media España -y a buena parte del extranjero, todo sea dicho- fue Eva Llorach por su trabajo junto a Najwa Nimri en Quién te cantará (2018); un papel por el que, a principios de este 2019, se llevó, además de la ansiada estatuilla de la Academia Española, el Forqué y el Feroz a la mejor interpretación femenina y la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos a la actriz revelación más destacada de la temporada. Y, este año, todo parece indicar que la que se va a comer los jurados va a ser Marta Nieto.

Con las nominaciones a la vuelta de la esquina -las de los Goya, por ejemplo, se anuncian en apenas una semana-, no hay un solo medio especializado que no coloque a la murciana como la gran favorita a reinar -con permiso de Penélope Cruz ( Dolor y gloria)- entre las interpretaciones femeninas más celebradas del año por su emocionante labor en Madre (2019)Madre, un filme de Rodrigo Sorogoyen -el cineasta de moda- que la semana pasada por fin vio la luz en las carteleras comerciales tras generar ríos de tinta y un buen puñado de críticas bastante esperanzadoras. De hecho, aunque los jurados le sean aciagos, Nieto ya no puede irse de vacío, pues el pasado mes de septiembre, la Mostra de Venecia, uno de los festivales de cine más importantes de Europa, le entregó el premio a la Mejor Actriz de su sección 'Horizontes', que acogió el primer pase de una cinta que sirve de continuación a un corto de 2017 -también protagonizado por la murciana- que estuvo nominado a los Oscar. Bueno, y hace apenas una semana también era señalada en los mismos términos (exaequo con Zorica Nusheva, por Dios existe, su nombre es Petrnya) por el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Vamos, una locura.

«Muy contenta, la verdad. Está siendo un año para enmarcar», señala Nieto (Murcia, 1982), inmersa en una intensa gira de promoción, al otro lado del teléfono. No es para menos, ya que, a sus 37 años, el filme de Sorogoyen parece haberla puesto por fin en la senda que tanto ha trabajado por encontrar. «Tenía ya ganas de encontrar un personaje como este, complejo, bien escrito y con una densidad y profundidad como para poder ahogarme en él. Porque es cierto que en teatro sí que he tenido experiencias de este tipo, pero nunca en el audiovisual...», reconoce Nieto, que hasta el momento se había dejado ver -y mucho- en la pequeña pantalla ( Hospital Central, Los simuladores, Hermanos y detectives...), pero sin que ello repercutiera en un salto definitivo a las salas de cine. Alguna cinta independiente, algún proyecto con cierta repercusión mediática -y poco más- como El camino de los ingleses (2006), dirigida por Antonio Banderas, y, de repente, 8 citas (2008), una interesante comedia romántica con una más que notable aceptación por parte del público y un dato que, de una manera o de otra, ha traído a la murciana hasta este preciso momento: el debut de Rodrigo Sorogoyen -junto a Peris Romano- en la dirección.

«Bueno, ha habido mucha gente... -responde Nieto cuando se le pregunta por las figuras que han marcado su carrera-. Pero, vamos, en esta última etapa está claro que la persona más importante para mí ha sido Rodrigo», apunta la murciana sobre el cineasta madrileño ( Que dios nos perdone, El reino), que, además de ser su gran valedor dentro de la industria de la ficción, es su pareja en la vida real. «Para mí, realizarme como actriz tiene mucho que ver también con que la confianza con el director sea absoluta; y en este caso, obviamente ha sido así», señala la intérprete, que asegura que, con Elena -así se llama la protagonista del corto y del filme- es la «primera vez» que consigue «olvidarse» de quién es. El detalle no es baladí, pues Marta se 'roba' la película derrochando toneladas de veracidad en su interpretación de una madre que durante diez años ha vivido sumida en una especie de letargo provocado por la desaparición de su hijo; letargo, por supuesto, que se ve alterado por la repentina aparición de un joven francés -importante: es en una playa del país galo donde le perdió la pista a su pequeño- que bien podría ser, por edad, su añorado Iván.

La consecuencia lógica de todo esto -de las buenas críticas, de los premios, de las quinielas..., de su inmensa actuación- es tener sobre su cabeza el foco de la industria, ese que quizá otras veces se le ha negado. «Asumir papeles como éste te dan seguridad de cara a productoras o directores que igual no te conocen y no saben que puedes interpretar a otro tipo de personajes más complejos», señala Nieto, que en una entrevista con LA OPINIÓN en enero reconocía que lo que en este momento quería para su carrera eran proyectos como Madre y que ahora, admite, tiene sobre la mesa «cosas importantes, interesantes. Y estoy dispuesta y preparada para ellas», puntualiza.

En cualquier caso, en este momento, Marta solo piensa en el filme de Sorogoyen, por encima de nuevos proyectos o de los premios. «Intento abstraerme de estas cosas -asegura en relación con las previsiones de los medios especializados de cara a los Goya-. Es verdad que son cosas que te llegan y es inevitable pensar en ello por un momento... Y sería maravilloso, claro; me encantaría porque, además de hacer de altavoz para mi carrera, también este tipo de reconocimientos nos da la posibilidad de contar nuestra historia en nuevos espacios. Pero bueno, independientemente de todo esto, yo tengo mis energías puestas en el trabajo y en hacer las cosas lo mejor que puedo. Y si los premios llegan, bienvenidos, y si no, pues a seguir a lo mío», dice.

"Recrearte en la dificultad es poco productivo, nada práctico"

«Tuve una epifanía. Igual suena un poco cursi, pero es una realidad. Bajé de aquel escenario sabiendo que aquello era lo que yo quería hacer en la vida», recuerda Nieto sobre la primera vez que se sintió actriz. Fue en el instituto, en Maristas, donde se apuntó a teatro como tantos otros jóvenes. Y aquello fue una revelación, efectivamente. De hecho, cuando le tocó dar el salto a la universidad, intentó compaginar sus estudios en Filología Hispánica con las aulas de la ESAD, «pero acabó ganando Arte Dramático...». Estaba decidida; quería terminar la licenciatura y marcharse a Madrid a probar suerte, ya que aquí, reconoce, no había posibilidades. Y nada quería saber -ni entonces ni ahora- de discursos derrotistas: «Todo lo que cuesta merece la pena, pero eso no le quita ni un ápice de sensatez a intentarlo. Recrearte en la dificultad me parece poco productivo, nada práctico», señala Nieto, que, imparable, actualmente se encuentra escribiendo su primer largometraje con una beca de la Academia del Cine Español.

De la Escuela de Arte Dramático a la gala de los Oscar 2019

  • De padres cartageneros, aunque criada en Murcia, Marta Nieto se formó como actriz en Maristas y en la Escuela de Arte Dramático de Murcia. Durante años, hizo «castings, castings y más castings» en Madrid en busca de una oportunidad, y desde hace unos años es una habitual en la ficción seriada española. Sin embargo, ávida de retos mayores, su papel protagonista en Madre, de Sorogoyen, parece haber abierto por fin el camino que ella deseaba seguir y que, de momento, ya la llevó hace unos meses hasta la gala de los Oscar con la nominación a Mejor Cortometraje de la cinta que dio pie al filme. Quién sabe si dentro de unos años los vecinos de Mar de Cristal -donde veranea desde que era niña- pueden decir que tiene una vecina abonada a la gran cita del cine mundial.