"Poderosísima y perturbadora", apunta Marta Medina para El Confidencial. «Es su increíble y emotiva interpretación la que eleva la cinta a una categoría especial», señala, al otro lado del charco, Jonathan Holland para The Hollywood Reporter. Y, en El Mundo, Luis Martínez asegura que «la que cuenta, por desgarrada» es la murciana, «convertida en la interpretación más certera de lo que sólo es reflejo». Eva Llorach, que el pasado viernes estrenó en salas Quién te cantará, ha conquistado a la crítica de manera absolutamente unánime, hasta el punto de eclipsar a toda una autoridad en el cine español como Najwa Nimri, con quien coprotagoniza este filme, el tercero en la carrera del enigmático Carlos Vermut, su gran valedor.

«Mi carrera está indisolublemente ligada a la suya; y la suya a la mía, las hemos construido a la vez», apunta Llorach en palabras para LA OPINIÓN. «Es el director que más ha confiado en mí -no en vano, su nombre aparece entre el cast tanto de esta última como de las dos cintas anteriores del madrileño: Diamond flash (2011) y la elogiada Magical Girl (2013)-. Carlos ve en mí más capacidades que las que realmente tengo, y le estoy eternamente agradecida, aunque creo que él también a mí», matiza Llorach.

Quizá ha sido esa confianza la que le ha hecho brillar con luz propia en Quién te cantará, una película que reflexiona sobre la construcción de la identidad y que recibió una ovación de cinco minutos tras su presentación en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, donde, por supuesto, Llorach acaparó un buen porcentaje de los flashes y la atención de la prensa especializada. Sin embargo, y pese a haber firmado una interpretación sobresaliente -la de Violeta, una madre castigada por una hija abusona y cuya única vía de escape se encuentra en un karaoke de mala muerte en el que, por unos instantes, consigue ´convertirse´ en Lila Cassen (Nimri), una cantante de éxito durante la década de los noventa que perderá la memoria tras un terrible accidente en la playa-, la murciana asegura que durante el rodaje no pensaba en las críticas que tendría su actuación, pese a que la expectación ante la nueva propuesta de Vermut era mayúscula y, por tanto, la cinta podía suponer el trampolín definitivo para su carrera. «Durante el rodaje no piensas en esas cosas; todo eso te viene después. No piensas en críticas ni en que esto va a ser... Hombre, con Carlos sabes que va a ser un trabajo que va a gustar, que va a ser especial, pero las valoraciones que hagan sobre tu actuación vienen después, y porque los demás te las dicen... Pero claro, lo que me está pasando ahora está siendo maravilloso -reconoce entre risas-. No doy crédito a todas las cosas bonitas que están diciendo de mí... Ahora, una cosa te digo: Todas están increíbles -en alusión a la propia Nimri y a Carme Elías y Natalia de Molina, que completan el póker de ases de Vermut-, lo que pasa es que yo llevo el peso emocional de la película y, además, soy la novedad, la actriz desconocida, y eso llama la atención», asegura.

Tanto que Daniel Martínez Mantilla, de Fotogramas, se preguntaba, en su crítica para la revista, de dónde había salido Llorach y por qué el cine español «no ha querido o sabido aprovecharla antes». «Bueno, he estado muy metida en el cine independiente, y en España no hay trasvase entre éste y el cine comercial. En Estados Unidos quizá un poco más, pero aquí no, son dos mundos absolutamente separados», explica. Afortunadamente, Vermut -un director que, como apunta la murciana, «tiene un universo propio» y, desde 2014, además, el poderoso aval que suponen la Concha de Oro y la Concha de Plata del Zinemaldia- se ha colado en las zonas nobles de la cartelera sin renunciar ni a un ápice de su identidad, ni a su actriz fetiche. «Por eso creo que esta peli es la que me va a poner en el punto de mira, la que me va a permitir hacer otro tipo de cine con presupuestos mayores y más introducido en la industria. Pero, ¿cómo que dónde estaba? ¡Todos sabíamos dónde estaba! Lo que me faltaba era un proyecto tan increíble como este», bromea Llorach.

De hecho, la murciana confía y desea que, efectivamente, este sea un punto de inflexión en su carrera, aunque es cauta. «Todos me dicen que sí, que es mi momento, pero yo tengo los pies en la tierra. Esta profesión es muy complicada y hay mucho detrás... Piensa que solo el 10% de los actores viven de esto. Hay que tener perspectiva, y yo tengo la edad suficiente como para tenerla. Estoy preparada para que pueda pasar cualquier cosa», asegura. Por lo pronto, en breve estrenará en Flooxer Terror y feria, una serie de Benja de la Rosa producida por ´Los Javis´ (Javier Calvo y Javier Ambrossi) y que mezclará el terror con la comedia cañí y el folclore más icónico, y, para los próximos meses, tiene prevista «una cosa de teatro» de la que -lamenta entre risas- no puede contar «nada»: «Solo te diré que estoy con gente con la que me apetece muchísimo trabajar y en uno de los sitios más importantes en los que se puede hacer teatro, en el que todos los que nos dedicamos a esto queremos trabajar».