En el Mubam cuelgan desde ayer cuarenta obras que se comunican, que hablan entre sí. Pero no desde la pedantería, sino desde el colegueo. Cuarenta obras con un nexo en común «tan sencillo pero aplastante como la propia pintura»; cerca de medio centenar de cuadros que se entienden, que hablan el mismo idioma -aunque cada uno con su particular estilo y personalidad-, que se responden los unos a los otros con pinceladas de colores vivos, con brochetazos de energía, de vitalidad. Todos ayer en el museo murciano coincidían en esa conexión -desde la consejera de Educación y Cultura, Esperanza Moreno, encargada de presentar la muestra, hasta el director de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, pasando, claro está, por la comisaria de la muestra, Julieta de Haro-, y lo más curioso es que entre las obras se podían encontrar hasta cinco firmas diferentes; en concreto, las de cinco de los «grandes» de nuestro arte, de la pintura murciana, pero, más importante en esta ocasión, las de un grupo de amigos.

La muestra en cuestión se titula Un encuentro a cinco, y los maestros que la han hecho posible son Manuel Barnuevo, Manolo Belzunce, Paco García Silva, Ángel Haro y Marcos Salvador Romera, que durante dos años han estado trabajando «en intensa comunicación» en las piezas de este perfecto puzzle pictórico. Ocho son las obras que cada uno aporta a la colección -todas ellas completamente inéditas-, y sin renunciar ninguno de los protagonistas a su arrolladora personalidad creativa, sin que se estableciera previamente una línea o una temática en común, todos y cada uno de los lienzos encajan a la perfección. Y si eso es posible es porque entre ellos comparten un importante vínculo emocional; algo de lo que dio fe la consejera: «He sido testigo de la buena relación que ellos tienen y sienten y, desde luego, creo que es algo que queda de manifiesto en esta exposición», apuntó Moreno durante la presentación de la muestra, que se inaugura esta tarde a las 20.00 horas, y que podrá visitarse hasta el próximo 19 de enero.

Sin embargo, no fue necesario confiar en la palabra de la responsable de Cultura para poder comprobar el buen rollo que existe entre los cinco, que regaron la presentación de chascarrillos, bromas y alusiones. Una de las cuestiones que más dio que hablar fue, de hecho, la intervención de la consejera, en la que aseguró con buen criterio que «cualquiera que viera esta exposición podría determinar que se trata de pintores jóvenes». «Sé que ahora mismo lo están comentando entre ellos -continuó-, pero es que verdaderamente lo creo así, porque lo que transmite esta muestra es alegría, es colorido, es fuerza...». «Es verdad que nos sentimos jóvenes -le contestó Salvador Romera-, pero el otro día estuvimos sumando y creo que nos vamos entre todos hasta cuatrocientos años...». «¡Quinientos!», apostilló Belzunce -parco en palabras- para desatar las risas entre los presentes.

Más participativo estuvo Paco García Silva (Marchena, Sevilla, 1945), para quien esta muestra suponía volver de su 'retiro' artístico. «Yo no soy el más viejo, pero casi... -comenzó, al hilo del comentario de su compañero-. Me alegro mucho de 'regresar' después de tantos años separado oficialmente del mundo de la pintura -no porque haya dejado de pintar, sino de exponer-, porque recuperar esto, este ritmo creativo de dos años ahí trabajando, concentrado y en comunicación intensa con mis amigos, me ha dado mucha vida, me ha devuelto la juventud», aseguró el andaluz, desde hace años residente en la Región, quien, en palabras de la consejera, con esta muestra demuestra además que «no se ha acomodado en un estilo, en una manera particular de pintar, sino que ha evolucionado», dijo Moreno en relación a su «lenguaje expresivo».

Por su parte, Ángel Haro (Valencia, 1958) y Manuel Barnuevo (Murcia, 1947) fueron los encargados de dar contexto a la muestra. El reconocido escenógrafo habló, efectivamente, de la pintura como el gran nexo de unión entre las obras que componen esta exposición: «Es un lenguaje que ahora mismo está conviviendo con muchos otros pero que ha vertebrado la expresión de la humanidad desde las Cuevas de Altamira hasta hoy. Por tanto, es un lenguaje totalmente vigente y que además crea un vínculo muy grande [entre quienes lo 'hablan']», en este caso él y sus cuatro amigos. Por su parte, Barnuevo, para quien compartir sala con Haro, Belzunce, Romera y García Silva es «un lujo», quiso ahondar en esa relación artística de cinco que hoy se pone sobre la mesa: «Quiero resaltar que todos nos apreciamos, pero, sobre todo, nos respetamos. El saber que estás haciendo una actividad con gente tan importante es lo que nos ha movido durante todo este tiempo a la hora de trabajar en estas obras».

Y no, finalmente Belzunce (Lorca, 1944) no se escapó de decir unas palabras, que aprovechó para agradecer la «generosidad» de sus compañeros: «Hacía tiempo que no venía a Murcia y, cuando me lo propusieron, la verdad es me dieron una gran alegría», confesó el veterano muralista, que esperó que la muestra -un «hito» para la pintura murciana, según Pascual Martínez- goce de un «gran éxito».

Los cinco

Manuel Barnuevo

Nacido en Murcia en 1947, forja sus armas como pintor en las facultades de San Carlos (Valencia) y San Fernando (Madrid), pero su trayectoria está ligada a su tierra natal, formando parte de la llamada 'generación límite' de pintores murcianos. No obstante, ha desarrollado un notable itinerario artístico con diversos apeaderos en galerías y espacios nacionales e internacionales. Las pinturas que presenta aquí están fundamentalmente signadas y rubricadas por la voluntad dominante del color.

Manolo Belzunce

El lorquino (1944) cuenta con una amplia trayectoria pictórica. Formado en la Escuela de Arte y Oficios de Murcia, ha recorrido un buen número de espacios artísticos, con casi dos décadas en Cataluña y con una notable presencia también en el ámbito del arte francés, holandés y belga. El color está presente en todas sus piezas, pero ligando entre sí con la fuerza tectónica del negro y de los grises.

Paco García Silva

Profesor de Historia del Arte en la Escuela de Arte y Oficios de Murcia, ha realizado exposiciones individuales y colectivas en diferentes espacios del territorio nacional. Sus obras poseen una curiosa y singular dicotomía entre dos lenguajes: se construyen a partir de unas composiciones de raigambre abstracta, estructuradas a base de fondos casi monocromos, que se complementan con una serie de formas geométricas fundamentales, sobre todo círculos y cuadrados.

Ángel Haro

Poseedor de una amplia y variada trayectoria artística que incluye la pintura, la ilustración, las instalaciones, el mundo de los objetos y también las escenografías teatrales, operísticas y cinematográficas. Las piezas que muestra en esta ocasión pertenecen a su personal gramática pictórica: por una parte, se imbrican sobre todo en el paisaje de la abstracción, aunque al mismo tiempo deja que intervengan en su discurso compositivo y temático ciertas referencias al mundo figurativo.

Marcos Salvador Romera

Pintor, ilustrador, escritor, gestor cultural... En esta ocasión, las obras que presenta están habitadas por una muy variada constelación de formas de una clara estirpe geométrica que despliegan toda una batería de representaciones, nacidas de una voluntad constructiva, pero que al mismo tiempo aparecen como elementos con un hálito personal, orgánico y libre.