Pablo López cumplirá esta noche su palabra. Tras batir un récord en enero al convertirse en el artista que más rápido ha llenado El Batel de Cartagena desde su apertura, el artista colgó también el cartel de 'entradas agotadas' para su concierto en el Víctor Villegas, dejando a muchos de sus fans con la miel en los labios. Sin embargo, el malagueño prometió una nueva cita en la capital del Segura dentro de su gira Santa Libertad, y la hora ha llegado. Esta noche, el artista tendrá la oportunidad de volver a dejar sin palabras al público murciano, que disfrutará de su directo en la Plaza de Toros de La Condomina. Presentará su último disco, Camino, fuego y libertad, un álbum profundo y repleto de verdad en el que el andaluz ha desnudado su alma.

¿Como fue lo de escribir Camino, fuego y libertad ? Es un disco muy personal...

Viví tan intensamente el proceso de escribirlo... Fue una catarsis tan revoltosa que, cuando se publicó, sentí estar como en el descanso de la batalla. Tengo la satisfacción de saber que no he dejado al azar lo que la gente pueda sentir al escucharlo, sino que he trabajado y me lo he dejado todo en este disco.

¿No se compone siempre a corazón abierto? ¿Por qué este trabajo significa un paso más allá?

Porque he cruzado una línea; la de volcar todo lo que tengo dentro. Siempre he escrito desde el desgarro, pero siempre había llegado a la capa de las vivencias, de las historias, del artista, del viaje... Pero en este disco hay un trabajo de introspección que incluso me llegó a dar miedo porque hablaba desde lo más profundo. Estoy en un momento en el que a nivel personal he llegado a lo más profundo. Me he conocido mucho más. Y esta introspección, en vez de ser un problema, cuando escribí El patio, por ejemplo, me di cuenta de que era una ventaja para llegar a más gente, porque no habla un hombre, no habla un músico, ni un malagueño, ni un tipo de 34 años. Habla un ser humano, con todo lo que los seres humanos tienen en común.

¿A quién o a qué le grita que se marche en El patio , que fue su primer single ?

Al miedo. Le grito a todo lo que no me permite ser libre ni explicarme cómo soy. A lo que no me permite quererme a mí mismo para poder querer a los demás. Es una canción muy candidata a ser interpretada de diferentes maneras con el paso del tiempo. Quizá dentro de quince años le estaré cantando a otra cosa.

¿Ha sido el miedo un elemento paralizador, lo que no le dejaba profundizar a nivel personal?

Sí. Quizá era el miedo a conocerme a mí mismo y aceptarme tal y como soy, con mis carencias y mis virtudes. Puede que por eso esa puerta estaba tan cerrada.

¿Hacia dónde le ha llevado ese viaje? ¿Qué cosas ha descubierto de sí mismo que desconocía?

Que soy más valiente de lo que creía. Pero también soy más pequeño y más torpe de lo que pensaba. Por otro lado, me di cuenta de que muchas veces estaba en lugares y situaciones, geográfica y emocionalmente, en las que no quería estar y en las que estaba por miedo a decepcionar. Y lo que hacía era, en vez de contentar a todo el mundo, dejar a mucha gente indiferente.

Grabó en los estudios Abbey Road, donde los Beatles grabaron prácticamente toda su discografía. ¿Un sueño cumplido?

Por supuesto. Estoy orgulloso de cómo salió todo porque, cuando llegué, ya sabía muy bien lo que tenía que hacer. Desde que pisé el estudio a las diez de la mañana, me concentré en lo que tenía que hacer y no pensar en que estaba tocando el piano con el que se grabó el Ziggy Stardust de Bowie, o que el suelo que estaba pisando era en el que Gilmour imaginó lo que sería The dark side of the Moon. No quise pensar en eso para no quedarme paralizado. Me dije: «No vengas a visitar Abbey Road. Haz que Abbey Road siga teniendo sentido». Y aunque suene grandilocuente, todo el tiempo que estuve me dediqué a hacer música. Y al acabar me senté en el suelo y me eché a llorar. Porque los guionistas que están escribiendo la película de mi vida se están pasando un poco, la verdad... [Risas].

¿Hay muchas lágrimas detrás de Camino, fuego y libertad ?

De todo tipo. Hay lágrimas de descojone, de lo bien que me lo estoy pasando y de lo bien que lo voy a pasar, y lágrimas de dolor de verdad y de rabia ante preguntas que la vida no te puede responder.

¿Ha titulado la gira de presentación Santa Libertad para reivindicar alguna creencia religiosa?

No. No proceso ningún credo. Los respeto al máximo, pero no proceso ningún credo más que el de la naturaleza. Si tuviera que hablar de santidad se la atribuiría al único dios que conozco, que es la naturaleza.

Si uno está atento a las noticias, parece que el mundo vive entre reivindicaciones nacionalistas y actos terroristas. ¿No le dan ganas de mudarse de planeta?

Bueno, iría por partes. Estas guerras sociales y fratricidas que estamos teniendo por aquí cerquita me dan mucha pena. Porque están ganado los mediocres y faltos de talento. Cataluña es un lugar que amo hasta la locura. No solo el sitio, sino también a su gente, que se parecen más a nosotros, a los malagueños, que a los de otros sitios. Pero creo que el afán de discutir vestido en una bandera es una derrota de facto. Nadie puede ganar una discusión si viene vestido con una bandera. Y respecto al terrorismo, el que más me preocupa es el terrorismo geopolítico que practican los estados. Me preocupa más el terrorismo que se hace desde la Casa Blanca, Downing Street, la Moncloa o los Campos Elíseos, que el que practica un estúpido en mitad de una ciudad tan libre como Nueva York.