Buena entrada en la Condomina, en una tarde soleada, y con el objetivo de recaudar dinero para la Asociación Española Contra el Cáncer. Tardes también de despedida ya que fue el último festival en el que el doctor Agustín Navarrete ocupó la presidencia de la Asociación en Murcia.

Abrió la tarde, con el toreo a pie, el murciano Rafaelillo, que entró por la vía de la sustitución, tras la lesión sufrida por El Cordobés. El torero del barrio del Carmen no pisaba el albero de la Condomina desde el 16 de septiembre de 2013, la tarde que indultó a Operario, el número 157 de la ganadería de Fuente Ymbro.

Rafaelillo salió a todo trapo, dos afarolados de rodillas, lanceando en un palmo de terreno y dejando claro sus credenciales. Colocó en suerte dos veces al toros, para que su picador se ensañará con él, la segunda llevar el palo y afeando la suerte.

Comenzó la faena de muleta de rodillas, probando a su rival con ambos pitones hasta parar en los medios. Tras un trasteo por la derecha, molinetes incluidos, se echó la franela a la izquierda por donde no tragaba. Tuvo que echar mano de su arrojo para, con un torero de poder, mezclando el efectismo con ráfagas clásicas, arrancar los aplausos del respetable. Estocada en la suerte contraria y descabello a un toro que si bien tuvo dosis de codicia, también tuvo una embestida 'turbia'.

El Fandi sacó mucho los brazos para recibir con el capote a su rival, un toro que metía el pitón muy bajo, humillando mucho y al que también 'arreó' en exceso el picador.

Tras un quite por chicuelinas y como todo el público esperaba, cogió banderillas y se fue a por su rival, dejándoselo llevar de lejos, clavando tres jaleados pares, para después una vez se habían entonado los clarines de cambio de tercio, solicitar un cuarto colocado al violín por los adentros.

Tanteó con gusto para abrir con la muleta, y proseguir por el lado derecho en muletazos en redondo, siendo desarmado cuando se echó la franela a la zurda. El granadino intentaba hacer las cosas bien y volvió a su izquierda, donde logró las mejores fases de su faena, hasta... que se refugio en molinetes de rodillas y pases enroscándose al toro viendo que el público no rompía. Tras dos embarullados intentos, doliéndose de una mano en el segundo. Enterró el acero en la suerte contraria al tercer intento tras un aviso. Faena muy larga y de matiz insípido, premiada... con dos orejas.

Cayetano recibió con alegres capotazos a su enemigo, doblándose rodilla en tierra y poniendo una pizca de gracia a la tarde, llenando de gozo al público. En banderilla se colocó un tercer par cuando también habría sido cambiado el tercio a petición del propio Cayetano.

El bonito colorao entraba de manera rebrincada a la muleta de Cayetano, incluso llegando a desplomarse. Mucho tuvo que insistir el torero, de la dinastía Paquirri, por ambos pitones para conseguir el lucimiento en una tanda al natural por donde el toro iba mejor, concluyendo con un bello pase de pecho. Remató la tanda con un precioso ayudado por alto. Estoconazo en la suerte natural, recibiendo todos los trofeos.

El lorquino Paco Ureña, que llegó de América al mediodía, no se pudo lucir con el capote ante el burraco que vino desde Tarifa, aunque lo intentara echando adelante la pierna en varias ocasiones. Desdibujada suerte de varas con el público más pendiente del otro caballo de picar que se desplomó en el mismo portón de cuadrillas. Con gusto y a pies juntos comenzó su faena el lorquino ante un toro muy escaso de fuerzas, estirándose y componiendo la figura en el toreo en redondo, consiguiendo cuajar una tanda muy estimable. Al natural el toro protestaba y daba tornillazos, pero Ureña no se descompuso y logró meterlo en la muleta, aunque con el brillo justo fue de mucho mérito. Concluyó con estocada caída de rápido efecto.

Lucido y variado saludo capotero de Ginés Marín.

Con un tercio de banderillas para olvidar comenzó con la muleta tanteando a la misma vez que fue ganando terreno hasta colocarse en el centro del ruedo. Ejecutó tandas en redondo que fueron jaleadas por el público. No tardó en cambiar la franela de mano para seguir con varias tandas al natural. Finalizó de entera arriba de efecto fulminante.

El novillero murciano Ramón Serrano recibió a su utrero a Porta Gayola y de lejos lo que supuso mayor tensión en los tendidos. Saludó a con dos largas cambiadas para estirarse después en los medios.

Meritorio comienzo de muleta con la rodilla en tierra que volvió a poner los tendidos con los bellos de punta para cuajar una relajada serie en redondo.

Pequeño susto con revolcón incluido cuando toreaba al natural. Regresó a la derecha donde corría con gusto la mano, pero perdiéndole muchos pasos en cada muletazo. Cerró faena de manera airosa, concluyendo con estocada al encuentro tras intento y varios descabellos. Dejando buen sabor de boca.

Sobriedad en Sergio Galán

No paró al toro de salida, sus peones le hicieron que corriera varias vueltas al ruedo, quitándole emoción al inicio de su faena, colocando rejoncillos sin 'fu ni fa'. En banderillas llevó prendido al toro en los cuartos traseros hasta colocarlo en suerte. Clavó tres pares de banderillas citando de lejos, dando el pecho y dejándose llegar al utrero, quebrando en el último momento. Toreo a caballo sobrio con dosis de clasicismo, sobre todo en banderillas cortas, rematadas haciendo el teléfono. Finalizó con mete y saca y rejón que atronó a su rival.