Dicen que hacía mucho que no ocurría algo así; que quizá, en 2003, hubiera una exposición similar, aunque todavía lejos de lo que hoy nos compete. Lo que está claro es que nunca Murcia gozará de una generación de artistas -escultores, en este caso- tan talentosa, prolífica y laureada como la que el próximo miércoles, a partir de las ocho de la tarde, se reunirá de nuevo en la Sala de Exposiciones de la Casa Consistorial de la Capital del Segura.

Hablamos de los maestros José Planes y Juan González Moreno, así como de sus discípulos: Antonio Campillo, José Molera, Francisco Toledo, José Carrilero, José Hernández Cano y José Toledo; ocho artistas que recorren la tradición escultórica de esta tierra desde los años veinte hasta finales del siglo pasado y que, gracias a la Fundación Antonio Campillo y al amparo del Ayuntamiento de Murcia, serán recordados con más de medio centenar de piezas -entre seis y siete por cada uno de los protagonistas- en una muestra única que, a más de uno, se le antojaba necesaria desde hace tiempo, porque sobre las manos de estos ocho artesanos recae buena parte de la historia de Murcia y de la Región en materia artística.

La muestra, que tiene como título Murcia. Una generación de escultores y que todavía está en plena fase de montaje, está comisariada por Martín Páez Burruezo, miembro de la Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca y, anteriormente, director artístico de la Sala de Exposiciones Palacio del Almudí. En ella, por supuesto, destaca principalmente la particular mirada que cada uno de los escultores dedica a la figura humana, y que se materializa en piedra, mármol, piedra artificial, barro, madera y bronce con obras que van desde los 40 centímetros de altura, hasta los casi dos metros que alcanza una de las piezas de Carrilero.

Murcia. Una generación de escultores surge tras el éxito de la exposición que inauguró el pasado mes de diciembre este espacio expositivo situado en el corazón del Consistorio murciano: Antonio Campillo: coleccionismo de una época, también comisariada por Martín Páez para la fundación a la que da nombre el genial escultor de Era Alta. De hecho, la muestra que verá la luz la próxima semana nace de forma paralela, y casi con una voluntad ilustrativa, a la publicación de un libro del mismo nombre (Murcia. Una generación de escultores) y escrito por el comisario y académico murciano.

Escuela de escultores

El texto de Martín Páez verá la luz en las próximas semanas editado por la Fundación Caja del Mediterráneo, y se antoja como un documento imprescindible para entender a esta generación y a sus maestros. Pues, como se adelantaba líneas atrás, Planes y González Moreno fueron los grandes responsables -aunque uno más directamente que el otro- de esa hornada mágica de escultores. «Dos maestros que con su obra y con sus enseñanzas formaron una generación modélica en su tierra e incomparable con otras de las regiones españolas. Una generación que siguió el sendero de la figuración en una tierra rica en sedimentos e iluminada por un sol radiante que se proyecta en el intenso azul Mediterráneo», apunta Páez en su libro.

Y es que Planes en sus principios -cuenta el académico en el libro- siguió la estela de Josep Clará, e incluso ocupó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el sillón que quedó vacante en Madrid tras el fallecimiento del maestro catalán, pero fue Juan González Moreno quien recuperó las formas y educó en la escultura a las generaciones que le precedieron, especialmente tras la contienda fratricida. «Murcia, como todo el resto de España, cansada por la guerra y las dificultades de la posguerra, inicia una nueva etapa. En los albores de ese tiempo y quizá motivado por la afluencia de trabajo en los talleres de artesanos e imagineros, donde crece la demanda para reconstruir retablos e imágenes, surge un grupo de jóvenes que animados por el trabajo artesanal y la posibilidad de adquirir una formación especializada entran en contacto con dichos talleres para completar la formación reglada que reciben en las escuelas de arte de reconocida tradición en la ciudad. Francisco Toledo, Antonio Campillo, José Molera, Carrilero, Hernández Cano y Pepe Toledo forman una sólida generación, que dará a Murcia grandes éxitos y satisfacciones. Un grupo que emerge entre las dificultades de la época y que tras su contacto con Madrid y con el extranjero, sobre todo Italia, consiguen desarrollar una obra personal, representativa de la escultura figurativa española», explica el comisario de la muestra. Lo demás, como suele decirse, es historia.