­¿Por qué escribir novela negra? ¿Qué le hizo decantarse por este género?

En realidad, no creo en la literatura de género. Creo que la literatura debe ser transgenérica o agenérica. La agenda negra tiene algunos elementos propios de la llamada novela negra, pero no la concebí como tal.

Mencione un autor del género que podamos considerar de culto para usted.

Sin duda alguna, Dashiell Hammett.

¿A qué personaje, policía o detective le hubiese gustado crear?

A Sherlock Holmes, contradiciendo un poco la respuesta anterior, puesto que Conan Doyle escribió novelas policíacas de enigma, nada que ver con Hammett.

¿Prefiere la sangre o la psicología en sus novelas?

Psicología bien condimentada con sangre: tengo cierta querencia por lo truculento.

¿Algún arma preferida a la hora de matar?

Un buen cuchillo para degollar, aunque en La agenda negra no lo he empleado; me refería a mis gustos particulares.

Valore la novela negra española frente a la de otros países.

No he leído lo bastante como para opinar con conocimiento, pero tengo la ligera sensación de que no ha conseguido aún despegarse lo suficiente del modelo anglosajón.

¿Qué le ha impulsado a asistir a Cartagena Negra, conocía ya estas jornadas?

Sabía de su existencia, y siempre he pensado que Cartagena como ciudad tiene algo misterioso y singular, difícil de definir, ligado al mar, a su historia, a la presencia militar.

¿Qué opina del boom de festivales negros que hay en España?

Todo lo que contribuya a difundir la literatura como forma de placer me parece loable.

¿Hay algún tema que no trataría nunca en sus novelas?

Jamás me dedicaría a impartir moralejas ni consejos de autoayuda. Tampoco suelo abundar en lo sentimental.

¿Cree que la realidad supera a la ficción como fuente de argumentos negros?

No me cabe ninguna duda: los criminales pueden llegar a ser más imaginativos que los escritores.

¿Qué le diría a un lector que no conozca su obra para que se acerque a sus novelas?

Que siempre procuro alcanzar un equilibrio entre el entretenimiento y la expresión literaria, y que nunca le endoso al lector páginas de puro relleno para engordar el libro.

¿Cuál es, si se puede confesar, el siguiente crimen que tiene en mente?

No se puede confesar.