El espectáculo que presenta Luis Eduardo Aute, que se subtitula De la luz y la sombra, se abrirá con la proyección de un mediometraje de animación, Vincent y el giraluna, dibujado, musicado y dirigido por el propio autor. A continuación, repasará sus canciones más populares. Han pasado 50 años, cerca de cuarenta álbumes y varias generaciones a las que ha marcado con sus canciones. Luis Eduardo Aute, que ya forma parte del patrimonio de la canción de autor en castellano, traspasa generaciones y consigue fascinar incluso a músicos que poco tienen que ver con un género tan acotado, y con su amabilidad exquisita.

¿Cómo se presenta 2016?

Estoy dando conciertos, recogiendo las canciones más significativas a lo largo de estos 50 años. A mediados de 2016 hará 50 años que grabé el primer disco. Y también, consecuencia de este disco que me han hecho los benjamines de la canción [Rozalén, Leiva, Soleá Morente, Estopa, Xoel López, Miguel Poveda o Natalia Lafourcade], pues yo quería editar ya el disco con canciones nuevas, pero, en vista de la efeméride, pensé que lo más adecuado era hacer una gira de conciertos recopilando las canciones más significativas, y ahí andamos.

¿Le siguen imponiendo los escenarios?

Pues sí, siempre me han causado respeto. Al principio era pánico, ahora es más respeto en el sentido de decir quién soy yo para convocar a la gente que salgan de sus casas, que paguen sus entradas para escucharme, y bueno, intento obviar esa responsabilidad e intentar comunicarme con la gente.

El disco de versiones (Giralunas) fue idea de Sony, pero era un proyecto al que tenía que darle luz verde. ¿Puso condiciones?

Bueno, yo no los conozco prácticamente, solo a dos o tres y un poco. Cuando me hablaron del proyecto dije que me parecía muy bien, solo que me gustaría que los que estuvieran en el disco fueran músicos que de verdad hubieran sentido alguna influencia de mis canciones, que no fuera el típico disco de marketing de juntar nombres famosos, y la otra condición era que cada uno hiciera la canción que quisiera, que la destruyera por completo y la rehiciera a su manera, sin hacer duetos, que casi están haciendo ya Ortega y Gasett.

Hubo una pequeña participación, al menos en el disco, que fue la película. De eso se encargó Luis Eduardo Aute.

Sí, fue mi manera de homenajear de alguna forma a los homenajeadores. Dije: «Ya que no canto con ellos, por lo menos voy a dedicarles esta película, que venía muy coherente con la idea del disco, porque la peli es una fábula entre Van Gogh y los girasoles y los giralunas», y venía como anillo al dedo a todo el proyecto del disco. Era mi manera de agradecerles su homenaje.

Sobre la presencia de la figura de Van Gogh, ¿qué es lo que ha querido destacar exactamente? (sin hacer spoiler)

No, jaja. Es una peli que hay que ver. Me resulta muy difícil contarla. La primera parte es la puesta en imágenes, en dibujos míos, de la fábula que cuento antes de cantar la canción Giraluna, ese extraño girasol que, al caer la tarde, en vez de agacharse, permanece erguido para ver qué pasa, llega la noche, aparece la luna, etc. Es la representación con imágenes de la fábula. En la segunda parte ya aparece Van Gogh y tiene su relación con el giraluna, y ahí van sucediendo cosas, que, aunque quisiera explicar, no sabría, porque es una peli muy para ver.

¿Siente orgullo de que músicos tan jóvenes (algunos podrían ser nietos suyos) y de estilos tan diversos, le hagan un homenaje y toquen versiones suyas? ¿Cuál es la que más le ha llamado la atención?

Todas son muy distintas, pero las que más me han sorprendido son las que han llevado al terreno del flamenco, por ejemplo, Miguel Poveda con Prefiero amar; no pensé nunca que pudiera llevarla a ese terreno, y Soleá Morente también, con Aleluya número 7, pero en general me han sorprendido todas porque son versiones muy distintas. Realmente las canciones son más de ellos que mías, eso es lo que más me satisface. Yo no escucho nunca mis canciones, y la única manera que tengo de escucharlas es cuando las cantan otros, y cuanto más distinta la versión, mejor, porque así no tengo la sensación de que es mía.

¿La creación es un arma para resguardarse de un exterior amenazante?

Sí, es una manera de protegerse, una autoterapia para estar más resguardado de los avatares que nos acosan todos los días. Es una manera también de reflexionar sobre lo que va sucediendo, lo que va sucediendo a uno mismo en relación a lo que sucede alrededor, y también una reflexión sobre los tiempos que estamos viviendo.

¿El hecho de no tener móvil, de no utilizar las redes sociales, es también una manera de resguardarse?

Jaja, bueno, no tengo nada en contra de esta tecnología, aunque la pongo bajo sospecha porque produce adicciones muy intensas, pero yo creo que es por pereza o, sobre todo, por consciencia de falta de tiempo, porque veo a la gente que anda con los móviles y con los tablets muy abducida, echándole mucho tiempo al asunto, y el problema mío es que cada vez me queda menos tiempo en este globo, y no estoy como para perderlo. Entonces intento aprovechar al máximo el tiempo que me queda para hacer lo que me apetece, pero no tengo nada en contra salvo esa prevención a este endiosamiento de la tecnología, que es la nueva religión, junto al fútbol. El dios Tecnos, y luego el fútbol como gran religión. Y me gusta el futbol. No soy de ningún equipo, pero me gusta ver un buen partido. Esta sobredosis de fútbol y, sobre todo, de tecnología que nos acosa me produce una cierta angustia.

¿Y los toros?

Yo soy taurino, aficionado. Voy muy poco. Entiendo que es un espectáculo cruel, entiendo a los animalistas. Yo soy muy animalista (una palabra que se ha puesto de moda); creo que nací primero perro y después ser humano, pero sobreentendiendo eso, no deja de ser una liturgia, un rito donde se representa la vida. Ahí está la vida, la muerte, la angustia, el miedo, el valor, la belleza, todo se representa en una corrida de toros, donde las cosas suceden de verdad. Sí entiendo a la gente que rechaza los toros por la crueldad que, lamentablemente, así es.

«No voy contra corriente, la corriente va contra mí». Explíquese.

No recuerdo haberlo dicho, pero lo asumo, estoy de acuerdo conmigo mismo. Ahí no voy a contracorriente, conmigo mismo al menos.

También he leído que dice encontrarse en proceso de pacificación consigo mismo. ¿Cómo se logra?

Intento vivir lo más en paz conmigo mismo, intentando ser lo más coherente posible con cómo entiendo esto de estar aquí vivos, y sobre todo porque quiero aprovechar el tiempo al máximo, y para eso necesito cierta paz, tanto exterior como interior.

Xoel López versionea en el disco Al alba, que se convirtió en un alegato contra la pena de muerte surgido durante el franquismo.

Es una canción que no fue escrita para eso. Es una canción de amor. Yo quería en esos tiempos, año 74 o 75, hacer una canción sobre el fusilamiento , y no salía, no había manera de encontrar el punto de vista de hacer la narración, o era un panfleto? Además era una canción que quería que pasara por censura, pero la canción no salía, y abandoné el proyecto, me puse a escribir otras canciones de amor para otro proyecto, y de pronto surgió Al alba, que sin quererlo, sí insinuaba una situación de alguien que iban a fusilar. En esos años yo no cantaba, no daba conciertos; Rosa León cantaba mis canciones, escuchó esa canción y me dijo «parece que esto es esto, ¿no?», «no, es una canción de amor que nada tiene que ver», pero en fin, cuando ella cantaba la canción en sus conciertos, coincidiendo ya con las detenciones y con la condena a muerte de los condenados, les dedicaba la canción, y a partir de ahí la canción fue vinculada a los hechos del 27 de Septiembre, y con el tiempo ha quedado como un alegato contra la pena de muerte que asumo y me parece muy bien.

¿Es una de sus canciones preferidas o prefiere huir de ella?

No no, qué va, la canto siempre, y siempre intentando sentir que es la primera vez que la canto. No tengo la más mínima prevención, al contrario. Además es una canción que tenía la sensación de que ya estaba escrita, me costó muy poco escribirla.

¿Cómo lleva que en cada concierto, siempre, aunque tenga canciones nuevas, le pidan las mismas de siempre?

Lo entiendo porque a mí me pasa lo mismo cuando voy a un concierto. Me apetece escuchar las canciones que ya conozco. Las nuevas siempre son un poco más difíciles de asimilar. En esta ocasión, en esta gira, solo van a ser estas canciones, y ya para finales de año espero sacar el disco nuevo.

Adelántenos algo sobre el disco nuevo.

Pues al paso que voy, puede que incluso sea un disco doble, porque están saliendo bastantes canciones, y las canciones tienen otra perspectiva en términos generales. Los tres discos anteriores se editan ahora, o ya estos días están saliendo en una trilogía, con el último, Niño que miraba el mar el anterior, Intemperie y A día de hoy. Salen juntos los tres como trilogía de canciones de amor y destrucción. Este nuevo se sale de esa perspectiva, va por otros derroteros. Hay un título provisional, El bosque no deja ver el árbol, pero que puede que cambie, esa canción con ese título está marcando la pauta de las demás canciones, pero puede que surja otra y sea la que me dé el título.

Me ha sugerido una tragedia shakesperiana. No sé si tiene que ver con la actualidad.

La frase es la contraria, los árboles no dejan ver el bosque, que así es, pero creo que vivimos en unos tiempos en que estamos todos emboscados, y estamos perdiendo de vista lo esencial en la vida, que es el árbol de donde sale casi todo: del bien y del mal, del conocimiento, de la vida, el que da la madera, el que da sombra, donde anidan los pájaros, el del fruto prohibido? Las raíces surgen del árbol también? Andamos muy enramados, muy emboscados, perdiendo de vista lo que debe ser esencial en la vida, que es la metáfora del árbol.

¿Cabe alguna esperanza?

Es lo último que hay que perder, ¿no? Hay una catarsis general de una etapa que está acabando y está naciendo otra. Es un parto de alguna forma doloroso, pero una nueva criatura tiene que salir de aquí donde nos entendamos de otra manera y tengamos más en consideración al otro, salir de un chauvinismo exasperado en el que andamos todos metidos. Nace otra época, y en este país tenemos todos los datos de que acaba una etapa y empieza otra, y tengo la esperanza de que surgirá otra manera de convivir.

¿Qué piensa cuando repasa las noticias de la mañana? Yo, revisando sus canciones, encuentro que tienen un valor muy actual.

Sí, canciones escritas hace unos cuantos años, incluso canciones del siglo pasado, las podría haber escrito la semana pasada. No lo sé. Así me salieron y así son.

¿Sigue creyendo que la belleza no se rinde ante el poder, en qué le va la vida en la actualidad?

Hay que intentar mantener la esencia de la vida. El ser humano, aparte de demoniaco, guarda un ángel también, un niño inocente. Se trata de no matar al niño, de intentar conservarlo, valorar aquello que realmente tiene valor en la vida, que nos hace seres humanos y no bestias. O vamos por ahí o realmente este planeta va muy equivocado. O se rescatan ese sentido de la vida o... Puntos suspensivos. No sé.

«La belleza no se rinde ante el poder», escribió en su momento. ¿Realidad o una bonita utopía?

No se debería rendir ante el poder, lo que pasa es que el poder tiene mucho poder, tiene una capacidad de destrozarlo todo, pero se trata de mantener esas premisas de la condición humana. Hay que resistir, hay que sacar al poder de su sitio, que está ocupando casi todo el ámbito de lo que corresponde a la vida.

Y después de medio siglo haciendo canciones, ¿sirve el arte para cambiar el mundo o para cambiar algo?

Quien dijera eso era un utópico. Yo no sé para qué sirve el arte, pero no entendería la vida sin él. Si no, ¿qué función tiene la vida? Es como enamorase. Es imprescindible caer en esa trampa en algún momento para poder vivir con una cierta armonía con la razón de ser de las cosas. Y el arte nos provoca meternos en otros ámbitos donde haya otra mirada sobre la realidad que no sea la cruda realidad que padecemos todos los días. El arte nos despierta otras sensibilidades, otros valores. No solamente el arte, la cultura, la educación es lo que nos separa de las bestias, y el arte es una incursión en el mundo de la imaginación y de tener otra mirada sobre la realidad. Para que la realidad sea más llevadera.

¿Hoy, como ayer, es más fácil encontrar rosas en el mar?

Pues más o menos. Qué difícil. Y sigue siendo más fácil encontrar rosas en el mar que encontrar el sentido de la vida, la razón de ser del porqué estamos aquí, de qué se trata esto de estar aquí, qué finalidad tiene, qué hacemos aquí, qué sentido tiene. Miras al cielo, al universo, y dices «todo esto, ¿qué función tiene? ¿qué sentido tiene?», y ahí andamos todos metidos mirando la pantallita del móvil. Y nos olvidamos de levantar la cabeza y ver lo que hay por ahí. Esto de internet es un excelente invento, tan positivo como negativo. En términos generales es una invitación a navegar hacia fuera, a recopilar datos, para tener información; tenemos sobredosis de información, y creo que se trata de lo contrario: de navegar hacia dentro y obtener datos para no estar cada vez más alejados del conocimiento.