La Diócesis de Cartagena, primer destino de los visitadores apostólicos a los seminarios españoles

El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha recibido esta mañana al obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas (Uruguay), Mons. Milton Luis Tróccoli, visitador apostólico de la Santa Sede.

Desde enero a marzo, los visitadores apostólicos, enviados por el Dicasterio para el Clero de la Santa Sede, visitarán las diócesis españolas para conocer la realidad de los seminarios. A propuesta del Papa Francisco, los visitadores apostólicos pretenden conocer la puesta en marcha en las diócesis del Plan de Formación para los Seminarios (Ratio Fundamentalis) y el impulso en la formación de los seminaristas.

A lo largo de la jornada, Tróccoli visitará los dos seminarios mayores de la Diócesis de Cartagena –San Fulgencio y Redemptoris Mater– y se entrevistará con los rectores y equipos de formadores, y con los seminaristas; así como con el director y equipo de dirección y el profesorado del Instituto Teológico San Fulgencio.

La fiesta de san Fulgencio recupera este año la degustación del boniato dulce

La Diócesis de Cartagena celebra el próximo lunes la fiesta de su patrón, san Fulgencio. Como cada 16 de enero, la Catedral acogerá esta celebración diocesana que, como es tradición, comenzará a las 11:00 horas con la procesión claustral con la urna que contiene las reliquias del santo fulgentino. Después, comenzará la Eucaristía por el rito hispano-mozárabe.

 El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, anima a toda la Diócesis a celebrar esta fiesta: «Un año más nos encomendamos a nuestro santo patrón, es la oportunidad para volver el rostro a Cristo e imitar, en este caso, a Fulgencio, un gran pastor que nos ayudó a encontrarnos con el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».

Este año se retomará también la degustación del boniato dulce, que durante los últimos años no se ha podido ofrecer a los fieles por la pandemia. Este postre, con el que antiguamente se celebraba la fiesta del patrón en el seminario que lleva su nombre, volverá a degustarse en el patio del Palacio Episcopal al finalizar la celebración en la Catedral.