Según la Asociación Española de Bioempresas, el sector biotecnológico ostenta la mayor intensidad de inversión en Investigación y Desarrollo de todos los sectores industriales españoles, con un promedio del 13,23 % de investigadores en plantilla. De igual manera, los datos del INE más recientes indican que Murcia es la segunda región que más ha crecido en gasto en I+D biotecnológico de España.

Viva In Vitro se ha convertido en la primera empresa basada en la tecnología (EBT) del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Virgen de la Arrixaca (IMIB). Un proyecto que toma como punto de partida las investigaciones del grupo encabezado por el Dr. Pablo Pelegrín, profesor de la Universidad de Murcia, con la importante contribución de facultativos del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca y el apoyo de los equipos técnico y científico de la Fundación para la Formación e Investigación Sanitarias (FFIS). Una empresa que ha orientado su labor a desarrollos con aplicación en la estratificación de pacientes con sepsis, primera causa de muerte hospitalaria.

El objetivo fundamental de Viva in Vitro es reducir la mortalidad hospitalaria entre un 25% a 40%, así como mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable como infartados, ancianos y recién nacidos. Por otro lado, cabe destacar que los gastos ocasionados por sepsis a la seguridad social europea supera los dieciséis mil millones de euros anuales, de modo que una reducción significativa de la estancia y ocupación de camas en las UCIs conducirá a una reducción del gasto en un 25%. Esto supondrá una mejora considerable en la sostenibilidad financiera de nuestros sistemas de seguridad social. Por tanto, esta tecnología de origen murciano, podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias en algunas enfermedades complejas y raras, uno de los retos identificados en el Programa de Acción del Consejo Europeo de Innovación.

El proyecto también espera que este proceso de automatización (sobre todo en los casos que existen bio-riesgos en el procedimiento) suponga una reducción del desecho hospitalario por manejo de muestras de sangre, reactivos, etcétera. Una cuestión que lleva consigo la disminución de una de las fuentes de riesgos para el personal del laboratorio clínico.