La Región de Murcia es la comunidad autónoma con mayor número de menores tutelados en régimen de acogimiento familiar, de los que el 64 por ciento se encuentra en el sistema de protección y el 36 por ciento en acogimiento residencial, tal y como aparece reflejado en el Boletín estadístico de medidas de protección a la infancia de 2021, según informaron este lunes fuentes del Gobierno regional en un comunicado.

En este marco, la Comunidad cuenta con dos proyectos, ‘Acogimiento familiar’ y ‘Familias Canguro’, y trabaja en otros cuatro: el servicio de acogimiento familiar profesional de personas menores de edad tuteladas, una nueva modalidad que contribuirá a que ningún menor de 0 a 6 años resida en centros de acogida en 2026; el centro de atención especializada a las familias con hijos en riesgo o exclusión social; el centro regional de promoción juvenil para la inserción social y el servicio de inserción sociolaboral de jóvenes.

La vicepresidenta y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias, Política Social y Transparencia, Isabel Franco, participó este lunes en un encuentro con las familias de acogida de estos menores, con el objetivo de intercambiar experiencias, escucharles y compartir momentos de sus procesos de acogida.

«Las familias acogedoras ofrecéis un vínculo seguro a los niños y niñas, los hacéis partícipes de una familia, vuestra labor es esencial, y os agradecemos esta gran tarea que, sobre todo, es generosa por vuestra parte», afirmó la consejera, quien reconoció «el apoyo que les brinda todo el equipo técnico de la Consejería».

En la actualidad, 15 menores están incluidos en el programa de ‘Familias Canguro’, con edades comprendidas entre los 0 y los 6 años.

Para ser familia de acogida (’familia canguro’) es necesario reunir unos requisitos como ser parejas o familias monoparentales, cuyos miembros tengan edades comprendidas entre los 25 y 55 años y con actividades profesionales que les permitan participar voluntariamente en el programa. Además, deberán pasar voluntariamente por un periodo de formación y valoración, hasta ser evaluadas como idóneas.

Las familias ofrecen a los menores un «vínculo seguro y los hacen partícipes de su vida familiar, integrándolo plenamente», explican desde la Consejería. «Todos los miembros de la familia forman parte de ello y facilitan, con el apoyo del equipo técnico, que ese proceso se haga de forma natural. Por eso el logro para ellos es aún mayor, porque el menor vuelve finalmente con sus padres ya recuperados o encuentra una familia adecuada que lo espera después de haber sido valorada idónea y de tiempo de espera», matizan.