La digitalización mejora el servicio de las aseguradoras

La profesionalidad de los mediadores de seguros también cobra mayor importancia en un escenario en el que las nuevas tecnologías están irrumpiendo en la sociedad. En la actualidad, el proceso de digitalización se extiende de manera acelerada y ha llegado también a los seguros, un sector en ebullición debido a que startups disruptivas están incorporando técnicas y herramientas sofisticadas como el data, la inteligencia artificial o el internet de las cosas para modificar, como nunca antes, este sector.

La información es clave en el negocio de los seguros y las nuevas fuentes de información –que han llegado con las nuevas tecnologías– está permitiendo a las empresas aseguradoras generar productos más adecuados a cada cliente.

Aquí está el gran cambio: fenómenos como el big data y el internet de las cosas, están acabando con este escenario. La capacidad de disponer de más y mejores datos, obtenidos gracias a sensores y objetos conectados a la red, es uno de los motores del fenómeno insurtech. La gran cantidad de datos acumulados y combinados, permiten que las aseguradoras sean más eficaces y capaces de gestionar productos diferenciales y con mayor personalización.

Asimismo, la tecnología ofrece a las aseguradoras herramientas para luchar contra el fraude (averiguando la hora exacta del accidente, el número de pasajeros o la edad del conductor) y rebajar sus gastos.

Si bien la tecnología ha allanado el camino para transformar el mundo de los seguros, nada de esto habría sido posible sin un importante cambio de mentalidad de los consumidores: la necesidad de asegurar no solo objetos, sino también estilos de vida; así como la irrupción de nuevos modelos económicos como la economía colaborativa.

Nuevos seguros

En esta coyuntura los contratos de seguros cambian, como se apunta por los nuevos escenarios que ha planteado la tecnología y las nuevas necesidades de los usuarios. Gracias a la confluencia del análisis de datos (big data), el Internet de las cosas (AI por sus siglas en inglés) y los desarrollos tecnológicos que aportan las nuevas compañías, se perfila un tipo de contrato inteligente que se ejecuta automáticamente cuando se dan las condiciones prefijadas, sin necesidad de arbitraje ya que el sistema descansa sobre una base de datos o cadena de bloques (blockchain) pública, transparente e imposible de falsificar.

Además, la existencia de dispositivos electrónicos y diversos mecanismos para recopilar datos, por ejemplo, sobre la condición física del cliente, tipo de conducción o estilo de vida saludable, van a dar –en caso de que el usuario autorice en compartir todos esos datos– un vuelco impensable a los nuevos seguros. Al poder medir mejor el riesgo las aseguradoras pueden ofrecer soluciones personalizadas a cada cliente.