Los trabajos para consolidar la mota que separa el mar de la enorme balsa que contiene agua mezclada con metales pesados siguen en marcha estos días pese a que el comienzo de estas obras ha acumulado retrasos. La empresa Tragsa está encargada de fijar de nuevo esa línea de tierra que separa ambas masas de agua, ya que los sucesivos temporales y la DANA de 2019 han provocado filtraciones por las que el agua contaminada por los estériles mineros volvía a entrar al Mediterráneo. 

La Liga de Vecinos, que representa a las asociaciones sociales de la pedanía de Portmán, en La Unión, reclamaron estas obras precisamente al Ministerio para la Transición Ecológica con el fin de que el oleaje no levantara ese dique artificial. Esa mota tiene una distancia de un kilómetro de largo y los trabajos están consistiendo en reforzar con muros de piedra de grandes dimensiones todo el tramo final de la bahía.