Profesionales sanitarios y familias van dando pasos para ganarle la batalla a las bacterias, pero no consumiendo fármacos sino haciendo un buen uso de ellos. El consumo de antibióticos se ha disparado en las últimas décadas, principalmente en la primera infancia, de ahí que autoridades sanitarias y médicos hayan decidido educar en su uso para evitar que se tomen cuando no son necesarios.

Un mal uso de los antibióticos implica un aumento de las resistencias bacterianas, lo que supone que éstas sean cada vez más fuertes y los medicamentos no tengan el efecto perseguido.

En la Región de Murcia se ha logrado reducir el consumo de antibióticos en todas las áreas de salud, según destacan los pediatras que han venido trabajando con el Programa de Uso Responsable de Antibióticos en la Primera Infancia (Purapi) de la Consejería de Salud, un programa que se puso en marcha en el año 2018 en todos los centros de salud de Atención Primaria.

En este tiempo, incluido el paréntesis de la pandemia de coronavirus, se ha logrado reducir su consumo en un 43 por ciento.

Las intervenciones de Purapi se centran en programas dirigidos a pediatras y enfermeros de Atención Primaria, hospitalaria, servicios de Urgencias y farmacéuticos.

Desde la Dirección General de Planificación, Farmacia y Atención al Ciudadano de la Consejería de Salud indican que «los resultados obtenidos desde su implantación en todos los centros de salud de Atención Primaria han mostrado un descenso progresivo y significativo en el uso de antibióticos en la población infantil». 

La expectativa de la Región de Murcia es seguir ampliando estas iniciativas para la mejora de las buenas prácticas en control de infecciones y resistencia antimicrobiana. «La resistencia a los antibióticos es uno de los mayores desafíos de la medicina moderna. Por ello, el programa Purapi sigue promoviendo y mejorando el uso responsable de los antibióticos en toda la población infantil», afirman.

El mal uso de los antibióticos es un problema particularmente importante en la población pediátrica, ya que es esta donde se produce la mayor exposición a estos medicamentos, teniendo en cuenta que durante los primeros años de vida se concentran la mayoría de infecciones respiratorias víricas. En esta etapa, el consumo de antibióticos es significativamente superior a la media de la población y en la mayoría de los casos es innecesario su uso, puesto que se trata de procesos víricos y a menudo autolimitados.

El pediatra del centro de salud Mariano Yago de Yecla y miembro de la directiva de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria de la Región de Murcia, Juan José Vigueras, considera fundamental usar los recursos sanitarios también para formar y empoderar a las familias para que así sepan usar estos medicamentos. Lo que se ha visto traducido en que cada vez es menos habitual que los padres pidan un antibiótico en la consulta.

El doctor Vigueras explica que en los tres primeros años de vida los niños se enfrentan a muchas infecciones, un lactante que vaya a guardería puede acumular una media de diez al año, «pero el 90 por ciento de ellas son víricas, por lo que no es necesario usar antibióticos para tratarlas». Estos medicamentos se usan para las infecciones bacterianas.

Responsables de Salud insisten en que el mal uso de los antibióticos es un problema particularmente importante en la población pediátrica, ya que es esta donde se produce la mayor exposición a estos medicamentos. En esta etapa, el consumo de antibióticos es significativamente superior a la media de la población y en la mayoría de los casos es innecesario su uso, puesto que se trata de procesos víricos y a menudo autolimitados.

Gran avance del siglo XX

«Los antibióticos son uno de los grandes avances de la medicina del siglo XX, pero un mal uso de ellos hace que los gérmenes busquen la forma de que no les hagan efecto. Lo que supone un peligro a largo plazo», explica el pediatra del centro de salud de Yecla.

El especialista también insiste en la importancia de cumplir los tratamientos y no dejarlos a medio, ya que resulta fundamental para frenar las resistencias.

Para contener el problema de las resistencias bacterianas, es necesario desarrollar estrategias que disminuyan el uso innecesario de antibióticos en la población infantil desde los diferentes ámbitos asistenciales. Por lo que la Consejería de Salud insiste en que el uso responsable de antibióticos es un objetivo prioritario en la infancia. «El ámbito sanitario está implicado en la utilización adecuada de estos medicamentos, puesto que es una realidad que los antibióticos están perdiendo su eficacia», afirman.

4.000 personas fallecen por infecciones resistentes

Los datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) muestran que entre 2014 y 2020 el consumo nacional de antibióticos ha descendido un 32,4 por ciento en salud humana. Sin embargo, y pese a este descenso, cada año mueren en España unas 4.000 personas a consecuencia de infecciones resistentes, cuatro veces más que los fallecidos en accidentes de tráfico. Por ello, desde el Consejo General de Enfermería (CGE) y desde la Asociación Española de Enfermería de Prevención y Control de Infecciones (AEEPyCI) se recuerda el papel «fundamental» que desempeñan las enfermeras en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, «una labor que es preciso potenciar para paliar este grave problema», sostiene el vicepresidente del Consejo General de Enfermería, José Luis Cobos.