Un 10% menos de agua en la cuenca del Segura para regar en las próximas décadas

El regadío, que consume el 79% de los recursos hídricos en España, está «seriamente» amenazado por el cambio climático. Las previsiones del Centro de Estudios Hidrográficos anticipan una reducción del 10% de la disponibilidad de agua en la cuenca del Segura para los próximos 20 o 30 años, y de hasta el 50% para final de siglo, según informaron fuentes de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).

El subdirector de Planificación Hidrológica del Ministerio de Transición Ecológica, Víctor Arqued, explicó ayer en el Congreso Nacional de Riegos que se celebró en Cartagena las distintas medidas que se contemplan en toda Europa para lograr la resiliencia del regadío. «El objetivo es mantener los niveles de productividad y beneficio del sector agrícola», señaló.

«En cada demarcación hidrográfica estudiaremos cómo adaptarnos al cambio climático en los terceros Planes Hidrológicos (PPHH), que organizarán la gestión de las aguas en los próximos seis años», anticipó.

«En la cuenca del Segura reforzaremos los recursos no convencionales, como la desalación y la reutilización, pero teniendo en cuenta el coste de la energía para que el precio del agua no sea disuasorio», detalló Arqued, avanzando en la instalación de sistemas de energía fotovoltaica en las plantas fotovoltaicas utilizando los fondos del Plan de Recuperación de la Unión Europea. Los terceros PPHH también incluirán compromisos ambientales que la Unión Europea exigirá cumplir en 2027, como la restauración hidromorfológica del espacio fluvial o la recuperación del Mar Menor y la bahía de Portmán.

La mayor frecuencia de fenómenos extremos como la sequía y las inundaciones que trae consigo el cambio climático, así como las mayores necesidades hídricas por el aumento de la evapotranspiración derivada del incremento de las temperaturas conducen a que la disponibilidad de agua será cada vez menor.

Destacan la importancia de modernizar la red de regadío

El Gobierno de España destacó ayer la importancia de modernizar la red de regadío, que constituye el capítulo de mayor inversión dentro de la parte del plan de recuperación de la crisis que gestiona el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

La directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, Isabel Bombal, reiteró la apuesta del Ejecutivo por una política de regadíos «sostenible y competitiva» en el Congreso Nacional de Riegos.

Bombal señaló que las actuaciones para la modernización de la red de riegos en más de 100.000 hectáreas de regadíos de todo el territorio recibirán 563 millones de euros del plan de recuperación financiado con fondos europeos.

En líneas generales, los objetivos del plan están relacionados con reducir el consumo de agua en la agricultura, consolidar una producción de alimentos sostenible y competitiva, y mejorar la eficiencia energética, según un comunicado del MAPA. El plan se ejecutará en dos fases, la primera de las cuales comienza en 2021 y contempla 45 actuaciones con un presupuesto de 260 millones de euros, y la segunda fase en 2022, presupuestada en 303 millones.

Las inversiones, que superarán los 700 millones en total, tendrán un carácter público-privado, con un máximo de aportación de los fondos del plan de recuperación del 80% del coste de las actuaciones, mientras que el 20% restante correrá a cargo de las comunidades de regantes.

Bombal reiteró que con estas actuaciones, complementarias a las que ya realiza el Ministerio de forma ordinaria, se va a acometer la mayor inversión pública en regadíos sostenibles de las últimas décadas.