La Mar Chica, la laguna salada del norte de África que es considerada la ‘hermana gemela’ del Mar Menor, también se ve amenazada por la contaminación. Científicos y ecologistas de la Región han visitado en los últimos años la albufera situada junto a la ciudad marroquí de Nador para estudiar la situación de sus aguas y el impacto de las medidas correctoras adoptadas para paliar los efectos de los vertidos, entre las cuales figura la apertura de una gola de algo más de 300 metros de ancho en la lengua de tierra que, al igual que La Manga, separa la Mar Chica del Mediterráneo.

Según se explicaba ayer en la cuenta de Twitter MarMenorKO, «en 2008 el rey de Marruecos, Mohamed VI, puso en marcha un proyecto de recuperación que finalizaría en 2020. Contemplaba la creación de una nueva gola mucho más ancha y de mayor calado que la anterior, pensando que sería la solución a todos los problemas de la laguna».

Sin embargo, la entrada de agua del Mediterráneo, que es la misma alternativa defendida por el presidente López Miras para el Mar Menor, no ha frenado el deterioro causado por los vertidos. No obstante entre ambos espacios naturales existe un gran paralelismo, dado que la franja que separa la Mar Chica del Mediterráneo tiene solo un kilómetro más de longitud que La Manga. Además, sigue manteniendo el caballito de mar, mientras que las especies más características son la dorada y el langostino.

Según apuntó el director de ANSE, Pedro García, que visitó la Mar Chica en 2019, esta laguna también sufre la entrada de especies invasoras del Mediterráneo, aunque se ve más castigada por «los vertidos urbanos de la ciudad de Nador y por la acumulación de basuras».