El poder adquisitivo de las familias murcianas, a pesar de que de por sí era inferior que la media nacional, continuó disminuyendo como consecuencia de la crisis económica que trajo consigo la pandemia del coronavirus. Lo que ha permanecido igual o, incluso, ha aumentado por las cada vez mayores exigencias son los costes que conllevan las construcciones nuevas.

Que «por su relación con la renta per cápita», los precios de las viviendas en la Región sean «más bajos que en el resto del país» facilita que se puedan adquirir inmuebles, pero también resultan «una dificultad para la creación de obras nuevas» porque «muchas veces los costes superan el precio de venta de las viviendas», según explica el Presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Región de Murcia, José Ramón Blázquez Muñoz.

«En la actualidad se requieren calidades mucho más altas y mayor eficiencia energética y medioambiental que, unido al aumento de los materiales y de la mano de obra, hace a las construcciones de mejor calidad, pero a su vez más costosas», indicó Blázquez, detallando que «hay zonas en las que estos precios muchas veces son difíciles de encajar» en relación con las viviendas ya establecidas.

Con este panorama, los precios de las obras harían que las nuevas edificaciones estén destinadas a un público reducido entre los sectores con más recursos de la sociedad, los que serían capaces de afrontar el pago. El resto de la población que pretenda adquirir un inmueble tendría que buscar entre las usadas porque es muy difícil adaptar los costes actuales a construcciones de menor estatus.

Sin embargo, el presidente de la asociación asegura que los promotores inmobiliarios de la Región de Murcia están comprometidos en su «búsqueda de fórmulas que permitan a todos tener un acceso a hogares de primera mano, si eso es lo que desean».

«Muchas veces los precios de la construcción superan a los precios de venta finales», según Blázquez

Uno de los grupos a los que se les dificulta la adquisición son las nuevas generaciones. Como comenta José Ramón Blázquez, «los jóvenes han pasado por dos crisis seguidas que les ha imposibilitado cualquier oportunidad de ahorrar, ni siquiera el 20% del costo total para la entrada».

Para ellos, la Asociación está pensando en maneras en que «puedan adquirir las viviendas pudiendo pagar las hipotecas». Algo similar ocurre en las zonas rurales, en las que Blázquez ve como necesario un «impulso», «ayudas» o «bajadas de impuestos» si se pretende construir.

En Murcia, ahora, es posible ver viviendas cada vez más novedosas y construidas con las últimas técnicas, pero que en pocas ocasiones se adaptan al poder adquisitivo de la mayoría población que, sin la aparición de nuevas alternativas, difícilmente verá un cambio.