El éxodo médico

Formar a un buen médico supone una gran inversión para el Estado, tanto durante los años de formación académica en la universidad como durante la formación como especialista vía MIR en los centros sanitarios. Para el profesional, supone un enorme esfuerzo, incluso desde los años previos al acceso a las facultades de Medicina; duro trabajo y la búsqueda continua de la excelencia a lo largo de toda su trayectoria profesional. Para los ciudadanos, supone la garantía de recibir la mejor asistencia sanitaria posible. Para una sociedad, la tranquilidad de contar con una sólida base de profesionales sanitarios bien formados y altamente cualificados.

El nivel de formación de nuestros médicos es muy elevado y nuestro sistema de Formación Sanitaria Especializada -el sistema MIR- es reconocido y envidiado en otros países europeos, países en los que la Sanidad no solo está reconocida como un eje principal del Estado del Bienestar, sino que, verdaderamente, se le trata como tal, con una financiación suficiente y con una apuesta por sus profesionales, con las condiciones laborales dignas que merece su trabajo.

No es de extrañar, por ello, que a muchos de nuestros médicos -la mayoría jóvenes que, tras más de 10 años de duro trabajo y esfuerzo, se ven sumidos en la incertidumbre y la precariedad- les resulta difícil renunciar a las oportunidades laborales que se les ofrece fuera de España, donde son valorados, respetados por las administraciones y reconocidos como el valioso capital humano que son.

No es de extrañar, tampoco, que muchos de nuestros médicos –aproximadamente, 50 al año en la Región de Murcia- se marchen, huyendo de los contratos precarios, inestables, temporales, las ofertas de empleo insuficientes, las condiciones de trabajo indignas o los sueldos por debajo de los salarios en el entorno europeo que se les ofrece aquí.

El éxodo médico es un grave problema cuando, además, en el caso de la Región de Murcia, el déficit de médicos es crónico desde hace años, con una carencia de base de 525 médicos para estar en la media nacional y el alto número de jubilaciones previsto para los próximos 10 años, dado que la edad media de los médicos especialistas en activo en la Región se sitúa en torno a los 47,6 años y el 36 por ciento tiene más de 55.

Los médicos jóvenes son el presente y el futuro de la Sanidad y la Administración tiene que hacer una firme apuesta por ellos, con la oferta de contratos estables, condiciones laborales dignas y retribuciones adecuadas.