El impulso en la lucha contra el cambio climático tuvo este mes como protagonista el acuerdo que se alcanzó en la Comisión Europea de reducir antes del año 2030 un 55% las emisiones de gases con efecto invernadero. El objetivo es alcanzar una neutralidad climática en 2050 y lograr así que los depósitos naturales como bosques, océanos o suelos sean capaces de absorber toda la contaminación en forma de gas que se va produciendo en el mundo. Este reto encuentra un aliado desconocido todavía en la Región de Murcia y que podría reportar beneficios en cuanto a ahorro energético y ahorro de emisiones de dióxido de carbono. La energía geotérmica, un tipo de energía renovable que aprovecha el calor del subsuelo para, por ejemplo, refrigerar o calentar un espacio cerrado, no ha encontrado todavía su hueco en la comunidad murciana. Esta energía está madurando a distintas velocidades dependiendo del país y su climatología. Los países donde la demanda energética para calefacción es alta se está desarrollando mucho más rápido que en países donde la demanda es menor, como España.

Esta energía es básicamente el calor interno de la tierra. La temperatura aumenta conforme hay más profundidad por lo que existe un gradiente térmico y, por lo tanto, un flujo de calor desde el interior de la tierra hacia el exterior.

«Las instalaciones geotérmicas son también especialmente indicadas para zonas de Europa como la nuestra, el Levante español, donde también tenemos una gran demanda de refrigeración que puede también ser cubierta por este tipo de instalaciones». La investigadora de la Universidad Politécnica de Cartagena e ingeniera Técnica de Minas, Adela Ramos Escudero, ha dedicado su carrera científica al estudio de la gestión de los recursos que ofrece las energías renovables como la eólica, geotérmica o fotovoltaica. Se muestra clara en cuanto al avance en el desarrollo de este tipo de obtención de energía en la Región de Murcia: «Esta energía prácticamente ni se menciona en el último Plan energético de la Región de Murcia 2016-2020, por lo que la hace inexistente entre los tomadores de decisiones energéticos. Tenemos constancia de la presencia de instalaciones a nivel particular en algunos puntos de la Región, pero prácticamente nada a nivel de la administración regional».

La investigadora llevó a cabo un estudio, en el marco de su tesis doctoral, sobre el potencial geotérmico de la Región de Murcia que puede ser extraído por medio de instalaciones con bombas de calor geotérmicas para climatización en el sector residencial. Como caso concreto, la investigación se centró en una zona del centro de la ciudad de Murcia y los resultados fueron prometedores. La energía presente en el subsuelo de Murcia no solo podría cubrir la demanda de calefacción de la ciudad, sino también sería suficiente para cubrir la demanda de refrigeración: «Tenemos tal capacidad como para cubrir la demanda en un rango entre 1.6 y 47 veces, dependiendo del tipo de vivienda y su demanda energética asociada».

Según los datos obtenidos, en la ciudad de Murcia se podrían extraer del subsuelo unos 80 vatios por metro lineal de profundidad, uno de los territorios de la Región de Murcia con mayor calor extraíble junto al Campo de Cartagena y varias áreas del Valle del Guadalentín. «A nivel de una instalación individual, con un intercambiador de 100 metros de longitud» y teniendo en cuenta el perfil de uso de las viviendas en Murcia en cuanto a horas de utilización, una sola instalación individual puede extraer unos 9.000 kWh/año. «Además, podríamos extraer mucha más energía que esa mediante instalaciones más grandes que repartan el calor a una comunidad o a un barrio entero, con beneficios económicos importantes».

Rebajar el calentamiento urbano

La energía geotérmica se considera una excelente opción para liberar las ciudades de humos ya que no emiten absolutamente nada. «Al fin y al cabo, son bombas de calor, como las convencionales que tiene mucha gente ya en sus casas. La diferencia con ellas reside en que en vez de utilizar el aire exterior (muy frío en invierno y muy caliente en verano) como fluido caloportador para calefactar o refrigerar las viviendas, una instalación geotérmica recoge la temperatura contenida en el subsuelo, con una temperatura media estable durante todo el año, lo que hace que el consumo de la bomba se vea reducido hasta en un 70% con respecto a una bomba de calor convencional», señala Adela Ramos.

Por tanto, en invierno la geotermia aprovecha calor contenido en la tierra, el cual es mayor en las ciudades, y lo traslada al interior de las viviendas de forma muy eficiente. En verano, toma la temperatura del suelo, que está a una temperatura mucho más baja que el exterior, debido a la radiación y a la actividad urbana.

¿Qué impacto tienen las instalaciones de esta renovable?

La posibilidad de que estas instalaciones tengan un impacto o riesgo ambiental en la Región se considera prácticamente nula, aclara la investigadora. El riesgo ambiental más importante que se podría dar durante los trabajos de ejecución y funcionamiento de estas instalaciones es la contaminación del acuífero, debido al refrigerante presente a veces en las tuberías o contaminación por la argamasa que se utiliza de relleno entre la tubería y el terreno.

«Estas instalaciones en ningún momento hacen uso del agua subterránea, sino que solo se entierran tubos para intercambiar el calor entre el terreno y el fluido caloportador que fluye por ellos. Por tanto, eliminamos por completo el riesgo de contaminación directo del acuífero». Ramos destaca que estas instalaciones no se podrían llevar a cabo en zonas catalogadas con algún tipo de protección medioambiental.