«La quiebra de empresas es el pan nuestro de cada día», asegura el presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, que se muestra muy pesimista ante las posibilidades de supervivencia de uno de los sectores que más está sufriendo las consecuencias de la crisis.

Sostiene que el cierre del ocio nocturno «ha hecho mucho daño», dado que las empresas han tenido que seguir costeando los alquileres y el resto de gastos sin obtener ningún tipo de ingresos, porque los locales de copas apenas pudieron abrir unas pocas semanas. A mediados de julio la Comunidad cerró los bares de Murcia y posteriormente extendió la prohibición al resto de la Región, incluida la costa.

Jiménez descarta que las ayudas europeas comprometidas por Bruselas puedan servir para reflotar a las empresas que llevan desde mediados de marzo cerradas o sin apenas actividad, porque los establecimientos sin terraza no tienen posibilidades de compensar las limitaciones de aforo.

«Las ayudas empezarán a llegar después del verano del año que viene», calcula el máximo responsable de la patronal de hostelería, que muestra poca confianza en que las empresas sean capaces de aguantar hasta entonces.

«El verano que viene en la hostelería va a quedar muy poca gente sobreviviendo», augura.

Se lamenta de que «la única ayuda que tenemos son los ERTE».