El presidente de Jesús Abandonado, José Moreno, anunció ayer la apertura de un centro de día «en los próximos días para personas en exclusión social y que tienen problemas mentales» en la comisión de Reactivación Económica y Social y de Evaluación del Impacto del coronavirus de la Asamblea Regional. El nuevo centro tendrá una capacidad para 14 personas y se situará cerca del centro de acogida que tiene la fundación en la carretera de Santa Catalina.

Moreno aclaró que no será un hospital, sino que atenderán «a las personas que tienen problemas mentales y que están en exclusión social y no tienen el paraguas de la familia y el entorno».

El presidente repasó las labores de la fundación Jesús abandonado, que se creó en el año 1987 para «atender a personas sin hogar o en situaciones de riesgo o exclusión social».

«Nuestra intención», aclaró, «es arrancar del círculo vicioso de la pobreza e integrar a las personas en nuestro mundo,un mundo donde las personas en esta situación estén consideradas como personas con dignidad».

Moreno explicó que pretenden dar una «atención integral». Además de ofrecer alimento, disponen de un «centro de día para personas sin hogar que es muy interesante para evitar las inclemencias del tiempo; acuérdense de agosto en Murcia», siendo un centro que está abierto «todos los días del año». Las personas en riesgo de exclusión social buscan dos cosas, afirmó Moreno: vivienda y trabajo. «Nosotros tenemos un centro de empleo con conexión con empresas e intentamos que nuestros acogidos tengan una formación y se pongan a trabajar en alguna empresa», señaló.

Jesús Abandonado, en palabras de su presidente, cuenta con una red de 12 viviendas «tuteladas» en las que apuestan por «una vida autónoma» para «usuarios que tienen una gran capacidad para vivir con otros».

Durante la pandemia, Jesús Abandonado «ha mantenido los servicios de acuerdo a la situación que vivimos», explicó Moreno. «Una de las cosas que hicimos es reducir de tres a uno las personas por habitación» en cada una de sus dependencias.

El presidente de la fundación agradeció asimismo a la Administración regional que les facilitaran «albergues en el Valle y en Mazarrón para el momento duro del confinamiento».