La Federación de Cooperativas Agrarias de Murcia (Fecoam), colabora en diferentes Grupo Operativos para desarrollar e implementar las prácticas agrarias sostenibles y adaptar los cultivos a los retos futuros. Así, forma parte del proyecto titulado ‘Implementación de desarrollos ecológicos para una agricultura sostenible’ (IDEAS - Expediente 20190020007434), que se encuentra ya en su fase final.

Como explican los responsables, «IDEAS ofrece al sector la posibilidad de poner en práctica en nuestras condiciones la provisión de un hábitat adecuado que favorezca la fauna auxiliar con especies autóctonas capaces de establecerse y desarrollarse y conformar setos sin la necesidad de una inversión en recursos por parte del agricultor».

En este sentido, «este proyecto proveerá información útil sobre la funcionalidad de la vegetación mediterránea para la provisión de servicios ecosistémicos sobre todo de regulación».

La puesta en marcha de estas experiencias piloto contribuye además a profundizar en el conocimiento del papel de la vegetación silvestre en la conservación de insectos beneficiosos en el entorno de los cultivos y generará información sobre el funcionamiento de los agroecosistemas mediterráneos, en concreto sobre las interacciones entre las infraestructuras ecológicas, la fauna auxiliar, así como los insectos plaga.

Asimismo, estas investigaciones sirven, pues, como campo de estudio para testar el efecto de las medidas agroambientales sobre la conservación de la biodiversidad, en concreto, sobre especies amenazadas de flora y fauna.

Así, la actividad del Grupo Operativo IDEAS está en sintonía con la política de la Unión Europea de subvencionar prácticas agrícolas que ayuden a reducir el impacto medioambiental y sobre el clima de las actividades humanas.

Por ello, entre los compromisos que tienen que cumplir los agricultores para recibir el porcentaje de las ayudas asociadas a las prácticas agroambientales conocidas como ‘greening’, se encuentra el de dedicar el 5% de la superficie arable a la disposición de infraestructuras ecológicas beneficiosas.

«Entre éstas se incluyen elementos que afectan a la biodiversidad de manera directa, como los márgenes de vegetación, e indirectas como las prácticas para reducir los insumos y mejorar la protección del suelo», explica el equipo de IDEAS.

Además, el proyecto IDEAS no solo plantea verificar la utilidad de estas medidas para que los agricultores españoles estén en disposición de usarlas, sino «evaluar también los factores que limitan su adopción por parte de los agricultores con tal de asegurar su mejor adopción. Además, el presente proyecto incluye varios de los aspectos relevantes del reglamento europeo en materia de agricultura (2009/128/EC) y medioambiente (Articulo 8 Directiva 92/43/CEE), siendo un proyecto integrador que aboga por un crecimiento sostenible».

Por una parte, la puesta en marcha de estas medidas contribuiría a poner freno a la pérdida de biodiversidad en zonas relevantes para la Red Natura 2000, «al mismo tiempo que aprovecha la mejora de dicha biodiversidad para potenciar un servicio ecosistémico de primera necesidad y actualmente en uso en las zonas de actuación, como es el control biológico de plagas».

El Grupo Operativo, perteneciente a los proyectos de innovación de interés general por grupos operativos de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, propone además «la concienciación sobre el medio ambiente y nuevas soluciones para mejorar los ecosistemas agrícolas, las cuales son transferibles a otros países de la cuenca mediterránea», aseguran.

Fases de trabajo

Durante su desarrollo, el proyecto ha pasado por diferentes fases de diseño, implantación en fincas y seguimiento. Así, se ha llevado a cabo el diseño de diferentes infraestructuras ecológicas para la conservación de insectos beneficiosos con el fin de mejorar el control de plagas y la polinización de los cultivos y se han seleccionado las parcelas al aire libre e invernaderos donde se llevará a cabo el seguimiento de la fauna auxiliar.

Como explican los responsables del programa, también se ha llevado a cabo el diseño de los cultivos para medir el efecto de las infraestructuras ecológicas, como setos y plantas acompañantes, sobre el control de plagas en cultivos y la polinización y la recopilación de la normativa actual sobre control integrado de plagas y agricultura ecológica.

Como explican los integrantes del GO Ideas, «para la evaluación de los niveles de plaga y de enemigos naturales se han realizado tres tipos de muestreos como son la observación visual de los árboles, el muestreo por golpeo de ramas sobre una bandeja, y capturas mediante trampas cromotrópicas».

«Como medida adicional para fomentar la fauna útil en todas las fincas de hortícolas colaboradoras con el proyecto se planteó también la instalación de distintos tipos de refugios y nidales. En total se han establecido 76 refugios para murciélagos, 57 nidales para abejas solitarias, así como 32 cajas nido de aves y 10 nidales para golondrina», recuerdan.

Además, durante los meses que lleva en marcha el proyecto se ha llevado a cabo diferentes actividades de trabajo cooperativo entre las entidades implicadas en el proyecto (Fecoam, ANSE, Coexphal, Fundación Cajamar, Surinver, Intersemillas, Agrícola Ametller e Irta así como investigadores del Imida e Ifapa) y distintas acciones de comunicación y difusión, tanto en medios de comunicación como a través de la página web del proyecto www.goideas.es.

Según los expertos del IDEAS, «los planteamientos del proyecto se pueden aplicar en cualquier otro lugar del planeta». «Las recomendaciones concretas sobre el manejo de la biodiversidad para la provisión de servicios ecosistémicos se pueden aplicar en otras zonas con las mismas condiciones ambientales. La clave está en aumentar la biodiversidad funcional en el entorno de los cultivos para la conservación de especies beneficiosas», remarcan.

Asimismo, el equipo de trabajo del programa destaca aspectos como «la buena disposición que tienen los agricultores en cooperar e innovar en sus explotaciones, el gran valor de la cooperación entre diferentes agentes sociales para llevar a cabo proyectos de gran alcance y el gran reto al que se enfrenta nuestra sociedad para hacer compatible la sostenibilidad de la producción agrícola».