El Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia ha aprovechado el descenso de contagios de coronavirus entre la primera y la segunda ola de la pandemia para iniciar una de las obras más importantes que va a poner en marcha este año 2020 y que redundará, sin duda, en una mejor atención y tratamiento a los pacientes oncológicos. Se trata de los trabajos previos para poder incorporar dos nuevos aceleradores lineales en los próximos meses al Servicio de Oncología Radioterápica del centro sanitario de El Palmar.

Para ello es necesario realizar una obra previa con la que se va a construir un gran búnker en el que se instalarán los nuevos aparatos de tratamiento. Los trabajos de movimiento de tierras y vaciado de lo que será el agujero del búnker ya han comenzado y se están llevando a cabo entre los edificios del Policlínico de consultas externas y el pabellón general de la Arrixaca.

Actualmente el Servicio de Oncología Radioterápica de la Arrixaca cuenta con tres aceleradores lineales que están funcionando a pleno rendimiento, a los que se sumarán los dos nuevos, que serán de última generación.

El director gerente del Hospital Virgen de la Arrixaca, Ángel Baeza, explica a LA OPINIÓN que uno de los aceleradores ha sido adquirido gracias a la donación que realizó a la Región la Fundación Amancio Ortega para equipamientos destinados a la lucha contra el cáncer, mientras que el segundo ha sido comprado directamente por el Servicio Murciano de Salud (SMS) para mejorar la atención que se presta a estos pacientes.

Cada uno de estos nuevos aceleradores lineales para el tratamiento oncológico está valorado en 2,2 millones de euros, a lo que se suma el presupuesto de la obra del búnker que los acogerá y que está en torno a los 2,3 millones.

«Se trata de una obra de envergadura que estaba proyectada para antes de la pandemia, pero con la llegada del covid quedó parada hasta que mejorara la situación y los trabajos no interrumpieran el funcionamiento del hospital», apunta Baeza.

Para llevarla a cabo se ha tenido que rediseñar el acceso de los pacientes y de los propios vehículos a algunas zonas del centro hospitalario.

El Servicio de Oncología Radioterápica de la Arrixaca está en la planta -2, por lo que es necesario hacer un gran agujero para llegar a ese nivel y que todo quede conectado. Además de la instalación de los nuevos aceleradores lineales, se va a aprovechar la obra para crear nuevos espacios asistenciales, así como un acceso directo al servicio desde la calle para que los usuarios no tengan que cruzar el hospital, punto al que llegarán también los que son trasladados en ambulancia.

El director gerente de la Arrixaca afirma que «esta obra nos permitirá mejorar el servicio, ya que se van a construir cuatro nuevas cabinas para pacientes, salas de espera, dos consultas médicas y aseos adaptados». Esto supondrá que «tendremos más capacidad de atención con cinco aceleradores, dos de ellos de última generación y que son más precisos, a la vez que implican una menor radiación para el paciente».

Cada año el Servicio de Oncología Radioterápica de la Arrixaca atiende a unos 1.600 pacientes, recibiendo cada uno de ellos entre 15 y 20 sesiones de tratamientos, según los datos facilitados por sus profesionales.

Las obras tienen un plazo de ejecución de diez meses, por lo que desde el centro sanitario esperan que los nuevos aceleradores puedan estar funcionando el próximo año.

Braquiterapia de próstata

Otra de las mejoras que ha tenido la Arrixaca este año gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega ha sido la puesta en marcha de la braquiterapia de próstata, de la que se beneficiarán más de cien pacientes cada año. Este nuevo servicio ofrecerá más comodidad a los enfermos que padecen este tipo de cáncer, que hasta ahora recibían este tratamiento en centros concertados con el SMS fuera de la comunidad.

La braquiterapia prostática es una técnica que aporta a los pacientes oncológicos la posibilidad de un tratamiento mínimamente invasivo, con escasos efectos secundarios y con excelentes resultados terapéuticos. Este tratamiento solo requiere de una noche de ingreso y el paciente puede recuperar su actividad normal al día siguiente.